Los dragones azules, blancos, negros, rojos y verdes representan el mal entre los dragones. Los dragones cromáticos son agresivos, glotones y frívolos, además de siniestros eruditos y poderosos tiranos temidos por todas las criaturas, incluyéndose a ellos mismos.

A los dragones cromáticos les encanta amasar fortunas, y esta avaricia tinta cualquiera de sus planes y maquinaciones. Consideran que toda la riqueza del mundo les pertenece por derecho y, por ello, la toman por la fuerza sin importarles los humanoides o cualquier otra criatura que la haya "robado". Los tesoros que posee un dragón, montones de monedas, gemas brillantes y objetos mágicos, son material para una leyenda. Sin embargo, los dragones cromáticos no están interesados en comerciar y amasan riquezas por la única razón de poseerlas.

Lo que más une a los dragones cromáticos es su sentimiento de superioridad, heredado de su diedad creadora y Reina, Tiamat, pues se creen los más poderosos y valiosos que el resto de las criaturas mortales. Solo tratan con otros seres si les es útil en sus maquinaciones. Creen que poseen el derecho natural de gobernar al resto de criaturas, y esa creencia es la base de su personalidad y su visión del mundo. Tratar de hacer que un dragón cromático se comporte de forma humilde es como pedirle al viento que pare de soplar. Para estas criaturas los humanoides son animales, adecuados para servir como presas o bestias de carga, y no se merecen ni un ápice de su respeto.


AzulYdDLl7g.png: Los dragones azules, también conocidos como dragones de la tormenta, son criaturas organizadas, que mantienen sociedades jerárquicas bastante bien ordenadas. Son más propensos a ser burlones y manipuladores que crueles o simplemente asesinos ante criaturas "menores", ayudados en gran medida por sus talentos naturales para la ilusión. Son tristemente célebres por engañar a los viajeros del desierto para que bebieran arena o hicieran muchos esfuerzos para evitar las inexistentes tormentas de polvo. Su arma de aliento es una línea de rayos o una descarga eléctrica grande.




7DtkOfb.pngBlanco: Los dragones blancos, también conocidos como dragones de hielo o de glaciar, son los más débiles y salvajes de los dragones cromáticos. Son físicamente los dragones cromáticos más pequeños, incluso más pequeños que los dragones negros. Aparecen en tonos de blanco a gris y azul hielo, y en ambientes árticos, esta apariencia sirve como un buen camuflaje. Son criaturas territoriales, y extremadamente agresivas, llegando a no aceptar tratos u ofrendas, dado que se consideran lo suficientemente fuertes para recogerlas del cadáver de quien se las ofrece. Su arma de aliento es un cono de aliento gélido, capaz de congelar a sus presas.




rTev7kk.pngNegro: Los dragones negros, también conocidos como dragones de cráneo, son, con diferencia, los más malvados y crueles de todos los dragones cromáticos. Son criaturas solitarias que viven en los pantanos y marismas. Son anormalmente delgados, que se distinguen más por sus cuernos, que sobresalen de los lados de sus cabezas y giran hacia adelante. Su arma de aliento es un chorro de ácido altamente corrosivo.



RojodAIl8bH.png: Los dragones rojos, también conocidos como dragones de las arenas y las cenizas, son codiciosas y malvadas criaturas, interesadas solo en su propio bienestar, vanidad y la extensión de sus tesoros. Tienen una confianza suprema en sus propias habilidades y son propensos a tomar decisiones rápidas sin ninguna previsión. Son los más temibles y crueles de los dragones cromáticos. Estos dragones se deleitan en la ruina, la muerte y la destrucción. Su arma de aliento es un destructivo cono de fuego abrasador.





VerdeyY7sIA5.png: Los dragones verdes son maestros manipuladores que se deleitan en corromper a las criaturas menores y las acumulan como posesiones. Son más notables por la gran cresta ondulada o aleta que comienza en la nariz del dragón y recorre todo el cuerpo del dragón. Los amantes de la intriga y los secretos. Presentan un frente de diplomacia y engaño cuando tratan con enemigos más fuertes, pero revelan su naturaleza cruel y mezquina cuando intimidan a seres menores o cuando obtienen la ventaja. Se deleitan en acosar a sus enemigos y escuchar cualquier información que puedan reunir antes de atacar. Su arma de aliento es un cono de venenoso gas clorhídrico.