La mansión Tresendar era uno de los edificios más grandes de Phandalin. Antiguamente estaba habitada por la familia del mismo nombre, pero mucho después de su abandono sirvió de base a los Capas Carmesíes.

Aunque las habitaciones superiores de la mansión quedaron inutilizables (como la cocina) tras su abandono, el sótano fue muy utilizado por los bandidos. Por ello, se añadieron muchas adiciones al sótano, como barracones y talleres.

Unos meses más tarde, el ebanista local se enfrentó al grupo que ocupaba la mansión. Fue asesinado y dado de comer a sus monstruos, mientras que su familia fue capturada y arrojada a las celdas de esclavos. Más tarde, un joven de Phandalin, consiguió localizar la entrada secreta a la base a través de un túnel.