La vida de un bullywug es desagradable, brutal y húmeda. Estos humanoides anfibios con cabeza de rana deben permanecer constantemente húmedos, por lo que habitan en bosques lluviosos, pantanos y cuevas encharcadas. Los bullywugs son criaturas malvadas y siempre están hambrientos. Cuando pueden, abruman a sus enemigos con su superioridad numérica, pero huyen de rivales fuertes para buscar presas más fáciles.

Los bullywugs tienen la piel verde, gris o amarilla moteada, aunque esta cambia a tonos más grisáceos, verdes y marrones o incluso azules, lo que les permite mimetizarse mejor con su entorno. Visten armaduras toscas y blanden armas simples, pero también asestarán un poderoso mordisco a cualquier enemigo que se acerque demasiado.

Los bullywugs se consideran los gobernantes más adecuados y válidos de la Ponzoña. Poseen su propia etiqueta que siguen cuando tratan entre ellos y con los forasteros, sujeta a las costumbres y caprichos de su líder, que se autoproclama señor del fango. Estas criaturas se presentan con títulos rimbombantes y haciendo grandes ademanes, como postrarse ante sus superiores, y se enfrentan continuamente entre ellos para intentar granjearse su favor.