Los anélidos gricks acechan sin ser vistos, mezclándose con las rocas de las cuevas y cavernas que habitan. Esperan a que la presa esté muy cerca para abalanzarse sobre ella, con sus cuatro tentáculos extendidos para revelar un afilado y hambriento pico.
Son pocas las ocasiones en las que un grick caza. En vez de ello, arrastran sus gomosos cuerpos a los lugares donde habitualmente pasan criaturas. Allí se mantienen siempre fuera de la vista entre arenas y escombros, excavando madrigueras, agujeros o fisuras, trepando cornisas o enrollándose en estalactitas para dejarse caer sobre sus incautas presas. Consumen virtualmente cualquier cosa que se mueva, salvo otros gricks. Su objetivo es la presa más cercana, de manera que agarran a cualquier criatura que caiga con sus tentáculos y la arrastran para devorarla en soledad.
Los gricks se quedan en el mismo lugar hasta que deja de haber comida, a veces porque las criaturas conscientes comienzan a darse cuenta de su presencia y planean rutas alternativas. Cuando carecen de presas en la Infraoscuridad, los gricks se atreven a salir a la superficie para cazar en la naturaleza salvaje, donde acechan desde los árboles o en cornisas de acantilados. Las manadas de gricks suelen reunirse alrededor de un alfa bien alimentado y de un tamaño mayor que el resto.