Los cubos gelatinosos rondan las mazmorras siguiendo patrones silenciosos y predecibles, dejando a su paso un camino perfectamente limpio. Consumen los tejidos vivos, dejando los huesos y el resto de materiales sin disolver.
Los cubos gelatinosos son completamente transparentes, lo que los hace difícil de ver hasta que atacan. Un cubo bien alimentado puede ser más fácil de percibir, dado que los huesos, monedas y otros objetos de sus víctimas se verán flotando dentro de la criatura.