Las almas de los soldados, mercenarios y guardaespaldas caídos que sirvieron al mal sin reservas a menudo encuentran servidumbre eterna en los Plano de Baator (Nueve Infiernos) como merregons, o diablos de la legión. Estos soldados de infantería sin rostro son los legionarios de los Infiernos y su tarea consiste en defender su plano infernal y a sus dirigentes ante cualquier intruso.

Los merregons carecen de individualidad, por lo que no necesitan rostros. Todos los legionarios merregons llevan una máscara de metal atornillada a la cabeza. Las marcas de la máscara indican los únicos elementos identificativos que importan del portador: el comandante al que sirven y la capa de los Nueve Infiernos que defienden.

Su lealtad inquebrantable hace que muchos diablos escojan a los merregons como pilar de su séquito de protección. No retroceden ante ninguna tarea, independientemente del peligro que conlleve. A menos que se les ordene replegarse, jamás se retiran de un combate.