Los gólems de carne son grotescas mezclas de partes normalmente humanoides cosidas entre sí para formar así un musculoso bruto imbuido de una fuerza formidable. Aunque son capaces de pensamientos simples, no poseen una mente más sofisticada que la de un niño.
Su musculatura responde al poder del rayo, lo que les otorga poder y vitalidad. Además, poderosos encantamientos protegen la piel del gólem, haciendo que los conjuros y todas las armas, excepto las más potentes, reboten contra su carne.
Estas criaturas se tambalean con un paso rígido, como si no controlaran completamente su cuerpo. Su carne muerta no es el recipiente ideal para un espíritu elemental, lo que provoca que el gólem aúlle descontroladamente liberando su ira. Si el espíritu se libera de la voluntad de su maestro, el gólem se volverá loco hasta que sea calmado o hasta que su cascarón de carne sea destruido o curado por completo.