La Vengadora de la Tempestad es un artefacto único, forjado en los fragores de los cielos por el mismísimo Kord, señor de las tormentas y la fuerza imparable. Esta espada, hecha de relámpagos solidificados, refleja la impredecible furia de las tormentas y la indomable determinación de su creador.
En los albores de la Primera Era, cuando los dioses caminaban libremente por Mipsum, la Vengadora de la Tempestad fue empuñada por un gigante de las tormentas, el campeón elegido de Kord. Su nombre ha caído en el olvido, perdido en las páginas desgastadas del tiempo, pero su gesta es recordada en las leyendas. Empuñando la espada en nombre de Kord, este titán de la tormenta desató venganza y destrucción, demostrando la supremacía del dios en las guerras divinas contra otras deidades.
Se susurra que el espíritu del campeón de Kord reside aún dentro de la espada, encerrado en una tempestad eterna. Muchos han intentado buscar la Vengadora de la Tempestad, atraídos por la leyenda y la promesa de un poder divino. Sin embargo, los rumores sugieren que la espada elude a aquellos que no son dignos, desafiando a los cazadores de tesoros y aventureros ambiciosos.
La Vengadora de la Tempestad se convierte así en un enigma, una joya divina perdida en los pliegues del tiempo y la mitología. Se dice que su paradero es conocido solo por aquellos que Kord elige revelar, y que su resplandor eléctrico aguarda en algún lugar, esperando a que un verdadero campeón surja para empuñarla y desencadenar una tormenta de venganza una vez más.