Biografía

Infancia

Nacido y criado durante toda su infancia en lo más profundo de la grandísima ciudadela enana en las Minas Fundescoria, creció con un hacha en la mano y un escudo en la otra desde que apenas podía mantenerse en pie. Hijo de uno de los pocos herreros humanos del lugar, fue instruido en combate, herrería y magia ilusoria. Tanto él como sus padres querían que se alistara en el frente de batalla contra las constantes oleadas de  que atacaban continuamente la ciudadela en busca del reluciente metal que los enanos extraían, pero ese sueño se desvaneció pronto con un gran derrumbamiento que redujo las minas a tan solo un par de escombros de roca, metal y cuerpos sin vida.

Astah fue uno de los muy pocos habitantes que por un milagro de los dioses consiguieron llegar a la salida. La entrada a las minas estaba completamente sellada por toneladas de roca a su espalda. No supo nada más de sus padres. Ni de sus amigos. Ni de nadie cuyo rostro pudiera reconocer. Solo en la superficie, en un mundo en el que apenas había estado más que para realizar algunos intercambios comerciales por la ciudad vecina, no sabía a dónde ir, así que se alistó en un gremio de mercenarios de mala muerte para poder ganarse el pan y un techo bajo el que dormir.

Adolescencia

Astah terminó su formación como bardo en el colegio del valor de la ciudad de Ciudadela Sundabar. Le enseñaron a no mostrar dolor, a ser poderoso con su hacha de batalla y sobre todo a ser leal a sus clientes sean cuales sean sus ideales. Si se comprometía a algo, lo hacía. Por otro lado, no soportaba a sus enemigos débiles y sobre todo, sea cual sea la situación, siempre buscaba una batalla justa. Nunca atacaba por la espalda a sus víctimas, sino que les retaba a un duelo mortal en el que, hasta ahora, nunca había perdido. Es cierto que sus enemigos solían ser ciudadanos metidos en problemas, o pequeños guardaespaldas de algún burgués, pero aún así siempre buscaba un combate equilibrado para demostrar su fuerza.

A las pocas semanas de estar en el colegio bárdico, no dudaba en blandir su arma para acabar con cualquier vida siempre y cuando hubiera recompensa. No sentía piedad, ni tenía amigos íntimos entre los mercenarios. No quería perder a nadie más. Su ambición es el poder y su propia superación en combate, y entrena cada día para ello. Todo lo demás, es etéreo e innecesario.

Aspecto

Con sus 24 años de edad, Astah no se quita su armadura ligera de cuero para casi nada, soliendo estar acompañada por su hacha de batalla y su escudo ligero. Tiene la estatura y peso medio de un humano atlético, tanto que solo los más perspicaces sabrían distinguir por sus rasgos faciales que es semienano. Tiene el pelo rojizo cortado por los hombros y una mirada que le hace parecer muy concentrado en todo momento. En situaciones peligrosas no le sobrecoge el temor, simplemente es más consciente de todo cuanto le rodea. En los combates, su pulso es firme. Su forma física, perfecta.

En su mano derecha, lleva un anillo de latón del que nunca le habla a nadie.