Esta larga y ancha extensión de montañas está plagada de grandes picos nevados. Nace en la Cordillera del Fin del Mundo y muere en el Mar de Hielo en Movimiento en forma de un extenso acantilado que complica mucho la navegación por el norte, sin puertos donde atracar. Es el hogar de múltiples Ciudadelas Enanas, enterradas en la montaña, que minan sin descanso para agrandar sus sistemas de túneles donde viven y trabajan, extrayendo raros metales, preciadas piedras mágicas, y minerales de naturalezas únicas. Sin embargo, tras la muerte o derrota de uno de estos reinos, sus túneles y cuevas se convierten en el nido perfecto para todo tipo de criaturas, incluido los más raros de los dragones, los dragones gema.

El lado suroeste de los muros fue hogar de humanos refugiados durante la conquista élfica de las colinas, conocida como la Marca Argéntea. Hoy en día se caracteriza por estar lleno de poblaciones dedicadas al comercio entre Ciudadela Sundabar y las ciudadelas cercanas. Son conocidas por ser centros neutrales, fuera de riñas por raza o nacionalidad, dedicados al intercambio de bienes y servicios.

De manera parecida, la ladera sureste, aunque menos poblada, también ofrece ciudades dedicadas a los negocios entre las civilizaciones del desierto de Anauroch. Estos últimos son raros clientes, y suelen necesitar de expertos que faciliten el transporte entre el dificil terreno. Pero cuando un vendedor recibe la visita de estos nómadas, sabe que si encuentra lo que quiere, tendrá la vida resuelta, ya que sociedades como los Dracae que compran armas o armamento a los pueblos enanos, compran suficientes suministros como para dotar de sobra a un gran regimiento.