Sarevok Anchev es un poderoso Acechador de la Muerte. También era uno de los Engendros de Vecna, los descendientes mortales del dios de los secretos malvados. Sarevok pertenece al pasado oscuro de Puerta de Balduran, donde intentó robar el poder divino del Señor de la No Muerte, pero sus planes se vieron frustrados cuando fue asesinado por otro Engendro de Vecna que se rebeló contra sus hermanos.
El espíritu de Sarevok fue enviado a Carceri como castigo. Allí sintiéndose abandonado por Vecna, Sarevok se dedicó a asesinar a todos los Engendros en este plano, en un intento de arrebatarle poder y control sobre estas almas al Susurrado. Con la gracia de Zehir que admiraba su forma de impartir justicia con sangre, fue elevado en poder. Sarevok solo deseaba volver a su vida y tener otra oportunidad, libre de los hilos de Vecna. Zehir accedió, y Sarevok renació en el mundo mortal. Tras su renacimiento, Sarevok fue fiel a su palabra, y luchó junto al hermano que le había asesinado contra el resto de Engendros.
Con su fuerza prodigiosa, su legendaria destreza en la batalla y la Espada del Caos -una hoja encantada que roba vidas-, Sarevok se convirtió en un famoso (y temido) mercenario. Sin embargo, sus mucho logros no le proporcionaban ninguna alegría. No sentía emoción por la victoria en batalla, ni placer por la derrota de sus enemigos. El poder que acumuló era amargo como la ceniza en su lengua, y se convirtió en un hombre torturado por su vida anterior. Saber que ningún logro terrenal podría compararse jamás con lo que una vez casi tuvo -inmortalidad y divinidad- le dejó roto y vacío.
Sarevok se sumió en una profunda desesperación. Para adormecer su dolor, se entregó a todos los vicios imaginables, derrochando su riqueza y su salud en alcohol, drogas y comodidades efímeras. Aunque su herencia divina ralentizó su envejecimiento, no lo detuvo del todo y, tras décadas de autoabuso, acabó reducido a un anciano que mendigaba por las calles de la Puerta de Balduran.
Pero Zehir no aceptaría que ese fuera el final de su digno campeón. Reconoció la chispa divina que aún quedaba de Vecna en el patético anciano, intuyó que Sarevok aún tenía potencial. Lo reclutó para que se convirtiera en el sumo sacerdote de su incipiente clero, los Acechadores de la Muerte, dándole a Sarevok un nuevo propósito... y otra oportunidad de convertirse en un agente de la Dama Oscura.