Los dragones de zafiro llevan en la sangre el retumbar del conflicto. Combativos y territoriales, defienden sus guaridas con fiereza, emboscando a los intrusos y tramando asaltos contra sus rivales. El pulso sónico de su ataque de aliento debilita a sus víctimas y hace que sean incapaces de defenderse.

Azul luminoso

Las escamas y las membranas de las alas de los dragones de zafiro presentan varios tonos de azul que van desde un claro cielo primaveral hasta el azul intenso y cristalino de las gemas de zafiro y el hielo glacial compacto. A la luz, las escamas resplandecen como una luminosa explosión de color. La naturaleza psiónica de estos dragones es evidente por el cuerno y las estructuras óseas de su cuerpo. Las púas de la cola y las puntas de los cuernos están separadas del cuerpo y flotan en el aire gracias a la energía psíquica del dragón. Estos cuernos levitantes se mueven ligeramente según el estado de ánimo del dragón, subiendo y bajando si está alegre o erizándose en caso de ira.

El arte de la guerra

Los belicosos dragones de zafiro idean estrategias y emboscadas que se basan en su habilidad de maniobrar bajo tierra. Generalmente, los dragones de zafiro no atacan a la primera de cambio, pues prefieren analizar antes a los intrusos y pensar en el mejor enfoque para librarse de ellos.

Los dragones de zafiro siempre están atentos a los indicios de aberraciones y otras criaturas corrompidas por el Reino Lejano. Con frecuencia se alían con los dragones de esmeralda, pues aprovechan los conocimientos de sus parientes acerca de los fenómenos sobrenaturales para rastrear las influencias del Reino Lejano. Armados con ese conocimiento, los dragones de zafiro acaban con estas incursiones extraplanares antes de que se propaguen.

La gente que habita en las profundidades de la tierra o se adentra en ellas podría tener que vérselas con un dragón de zafiro si atraviesan su territorio. No obstante, estos dragones forjan a veces relaciones pacíficas con los gnomos de las rocas o los gnomos de las profundidades, ya que les encomiendan la labor de proteger las inmediaciones de sus guaridas.

Tesoros marciales

Lo que más gusta a los dragones de zafiro son las armas y armaduras, los registros de historia y tácticas militares y los objetos mágicos que protegen contra el daño psíquico o la infiltración mental. La pieza central del tesoro de un dragón de zafiro suele ser una colección catalogada y ordenada de atavíos bélicos, que puede contener reliquias antiguas de inmenso poder.