Leyendas sobre el caos

La llegada de los Cognos a esta tierra está cargada de leyendas e invenciones. Por eso mismo el comienzo de la primera era, marcado por la primera aparición de estas razas con poder de autoconciencia y razonamiento, es motivo de debate. Cada pueblo jura encontrar pruebas de que elfos, humanos, enanos, o alguna otra raza estuvieron en su tierra mucho antes que en la del vecino. Sin embargo, pocas son las civilizaciones que por vía de la magia o del estudio de los restos que quedan en las zonas más vírgenes de sus tierras, conocen de la llamada edad del caos.

La edad del caos, según describen estos pueblos, precedió a la primera era. Nadie sabe por cuanto tiempo ha existido Aenith antes de que fuera llamada así. Pero en aquellos años toda criatura que pisaba el suelo, volaba en los vientos o hacía de los océanos y ríos su hogar, estaba fuertemente unida a la magia latente de los elementos. En las visiones de los más poderosos chamanes, describen formas distorsionadas por la magia que casi les domina. Figuras primordiales, retorcidas y sedientas del poder vital de otros. Solo cazadores y cazados, no hay armonía entre las entidades que poblaban el mundo y todo es una lucha constante por conseguir un poder mayor a base de arrebatárselo a una presa mayor y más potente.

Esto no es exactamente lo que han encontrado estudiosos en busca de pruebas físicas. No se ha encontrado jamás restos de un cuerpo de una criatura que hoy en día no viva entre nosotros. Definitivamente no hay restos de las criaturas que describen estos "toxicómanos de los poderes mágicos", que es como los colegiados llaman a estos chamanes. Sin embargo, si que, aunque no lo quieran admitir, se han encontrado fuentes de magia en forma de Gemas Pulsantes, en lugares donde marcas de garras y destrucción se marcan incluso en Petracita, una de las rocas más duras y con poderes de absorción de magia.