Nadie sabe con certeza si el Ojo Grinken es una criatura real o una pesadilla compartida por quienes han pasado demasiado tiempo en el Tesoro Inefable. Algunos lo describen como un impostor infernal, una sombra que toma la forma de lo que más deseas encontrar: un aliado, un mentor, un amor perdido. Otros afirman haberlo destruido ya, varias veces, con fuego, acero y exorcismos... y sin embargo, sigue apareciendo. Dicen que no tiene forma propia, que se construye de los fragmentos oníricos del Tesoro, de la voluntad de Minauros, de los terrores más profundos de sus testigos...

Sea lo que sea, las historias coinciden en algo: al principio, Grinken siempre ayuda. Sabe guiar, sabe escuchar, sabe ser útil. Pero inevitablemente, todo termina con sangre en el barro y una mirada hueca que lo observa desde un rostro que alguna vez fue familiar. O casi. Últimamente, algunos supervivientes susurran que el monstruo tarda más en volverse contra sus víctimas... si llega a hacerlo. Pero pocos permanecen mucho tiempo junto a él para comprobarlo.