La Ciudad Colgante, es una metrópolis infernal suspendida por cadenas colosales sobre los pantanos de Minauros, la tercera capa de los Nueve Infiernos. Cada estructura de la ciudad, desde sus torres hasta sus calles, cuelga precariamente de vastas cadenas negras que crujen, vibran y se tensan con una voluntad casi viva. En este lugar donde el equilibrio parece imposible, la arquitectura no es un acto de diseño, sino de amenaza: cada rincón recuerda que la caída es siempre una posibilidad.
La ciudad está gobernada por una poderosa casta de kytons, también conocidos como diablos de cadenas, que mantienen el orden a través del miedo y el tormento ritualizado. Para ellos, el dolor es estructura y la restricción es forma. Aquí, los tratos infernales se atan con eslabones reales, y los contratos se escriben con grilletes. Las leyes son absolutas, y la disidencia se castiga con encierro eterno en jaulas colgantes, donde los condenados oscilan perpetuamente sobre el pantano estigio.
La Ciudad Colgante también funciona como un gran mercado de cadenas, esclavos y castigos. Caravanas infernales y emisarios de otros señores diabólicos acuden a ella para negociar mercancías vivas o pactos particularmente crueles. La ciudad, a su manera, prospera: no por la abundancia, sino por la precisión de su crueldad y por la ingeniería del sufrimiento.