Valrath
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Valrath

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Al sur de las Montañas Cobrizas, en las tierras remotas más allá de Casskia, al norte de Flaenia, se alzaba la antigua Archibaronía de Valrath, cuna de los tieflings casskianos y uno de los reinos más enigmáticos del continente. Sus dominios estaban protegidos y a la vez rodeados por las Marismas Heladas, el Bosques Boreal y la Tierra del Hielo Negro en un litoral traicionero donde el Mar Helado chocaba con la roca volcánica. Se decía que manantiales termales y un vulcanismo inestable mantenían habitable aquella región plagada de monstruos y neblinas permanentes. Su capital fue antaño un bastión inexpugnable, famoso por sus forjas arcanas y sus murallas ennegrecidas; pero hace generaciones fue saqueada y destruida, dejando tras de sí ruinas que, según rumores persistentes, esconden laberintos colosales y reliquias de una era perdida.

Los tieflings que hoy habitan Umbramar descienden de ese reino desaparecido. Aunque su apariencia infraplanar provoca desconfianza, son conocidos por su cortesía, diplomacia y capacidad para integrarse en la sociedad humana. Proceden de un legado marcado por guerras y atrocidades, pero a lo largo de los siglos han trabajado para desprenderse de esa sombra. Al abandonar las tierras devastadas de la Archibaronía de Valrath, convertidas ahora en páramos de ceniza, ruinas y criaturas salvajes, muchos tieflings encontraron en Umbramar un lugar donde rehacer sus vidas, prosperando como comerciantes influyentes, artesanos notables y figuras políticas de gran sutileza.

Según los relatos transmitidos entre viejos clanes, las tensiones entre los humanos del norte y los tieflings valrath alcanzaron un punto crítico hace siglos cuando ambos reclamaban la misma región para su expansión. La guerra que siguió consumió recursos, vidas y esperanzas en ambos bandos, hasta que un suceso perdido de los anales de la historia hizo que los comandantes firmaran la paz. Allí sus descendientes levantaron, sobre ruinas olvidadas, la ciudad de Umbramar, un testimonio vivo de que incluso las naciones nacidas del conflicto pueden unirse para sobrevivir.