Durante el año 4310, Edfraya Ojoclaro, la matrona del clan Rocasangrienta y famosa por tener un ojo del color del cielo y otro tan verde como un prado, llegó a los Baldíos de Shabana desde las Kiralizor con doscientos soldados, mineros e ingenieros con el fin de explotar una provechosa mina de sal que sus exploradores habían descubierto tiempo atrás. Los Rocasangrienta eran enanos de noble estirpe que destacaron como grandes asesinos de orcos durante la Batalla de las Encrucijadas pero cuyas tierras eran pobres y poco útiles. Aquella expedición era, para la joven señora del clan y su gente, la última oportunidad de tener un futuro próspero en vez de languidecer bajo las montañas. Atrás dejaron familia y reliquias, así como a todos sus aliados. La propia Edfraya dejó a su esposo y a sus dos hijos en el hogar ancestral de Monte Rocasangrienta para mantener su legado en caso de que no volviesen.
La minería salina al norte de Shabana no resultó tan provechosa como habían pensado los enanos, y aunque bajo las arenas encontraron buen hierro (mineral de las estrellas y rocas preciosas), no eran lo suficientemente valiosos o raros como para aumentar las riquezas del clan. Además, Shabana también había resultado ser un lugar más peligroso de lo que habían esperado en un primer momento, y numerosos exploradores y mineros cayeron bajo las zarpas de las bestias o las armas de los esclavistas y los gnolls. Incluso Edfraya perdió su ojo azul durante una emboscada de varios saqueadores insectoides. Si bien su determinación ya era férrea para aquel entonces, este evento la volvió tan dura y cortante como el filo ancestral del Gran Rey.
Tras los fracasos iniciales, los enanos forjaron alianzas con las distintas tribus, especialmente con los shabaudi y los fórmigos, además de levantar grandes fortificaciones en varios puntos clave del río Pardo. Allí excavaron minas y su nuevo salón del clan, en una grandiosa cueva bajo el río. En menos de una década los Rocasagrienta se habían afianzado en la región septentrional del desierto y Edfraya decidió traer a sus familiares y reliquias desde su hogar ancestral en las Kiralizor. Para cuando los incursores de las dunas se quisieron dar cuenta, aquellos pioneros que con tanta facilidad habían sido antaño sus presas eran ahora los cazadores. En los años posteriores, los incursores insectoides que diez años atrás habían mutilado a la matriarca, ahora llamada Edfraya Ojoabismo, fueron cazados hasta su práctica extinción.
Aunque en el reino enano de las Kiralizor eran solo un clan más de pordioseros, los Rocasangrienta son en Shabana un poder respetado y temido. Edfraya y sus auxiliares han comenzado a dirigir, gracias a sus sólidas fortificaciones y puestos de avanzada a lo largo del río Pardo, el grueso del comercio entre Vindusan y las Kiralizor, convirtiendo sus bastiones en una ruta de caravanas y puestos comerciales. Una ya anciana Edfraya Ojoabismo dirige los negocios del clan mediante intermediarios y vasallos leales, además de un gran número de centinelas, aunque desde hace un tiempo sueña con volver a ver el hogar ancestral en el que nació. Poco a poco, el mugriento clan de exploradores que tuvo que aprender a sobrevivir en las arenas se ha convertido en uno de recios comerciantes vestidos con exóticas pieles y perfumados con picantes fragancias salvajes.
En su faceta comercial, los Rocasangrienta buscan ante todo el beneficio económico, tanto personal como del clan al completo. Sus centenares de miembros se dividen en familias, grupos numerosos de enanos con vínculos de sangre cuyo líder tiene representación directa en el consejo personal de Edfraya. Estas familias gestionan sus propios negocios y retienen la mayor parte de los beneficios, aunque deben realizar su aportación al clan en todo momento, sea pagando un porcentaje de las riquezas o poniendo a sus soldados al servicio de los intereses de este. A cambio, todas las familias se aprovechan de los tratados comerciales y militares del clan con sus vecinos, en especialmente con la ciudad de Vindusan y algunas de sus grandes casas. Estos son siempre bienvenidos en cualquier fortificación del clan y deben ser defendidos por sus hermanos Rocasangrienta de cualquier amenaza.
Los líderes Rocasangrienta promueven la paz en Shabana, pues es buena para los negocios del clan, y no dudan en invertir grandes cantidades de dinero, influencia y esfuerzos para realizar acciones preventivas que puedan evitar un futuro conflicto. Sus relaciones son cada vez más estrechas con los Banjora y los fórmigos de Vindusan, mientras que otros, como los gnolls o los shabaudi, les ven como incursores que levantan fortalezas y reclaman tierras que no les pertenecen. En una jugada arriesgada reciente, Edfraya decidió desplazar el grueso de sus tropas hasta la ciudad fórmiga de Melionii para defender a sus aliados en la región contra el ataque de los morlocks de Craexhin, que pretendían establecer una cabeza de playa desde la que lanzar incursiones a todo Shabana. La batalla fue cruenta y la propia Edfraya estuvo a punto de fallecer a manos de la poderosa caudillo morlock Kya Drovash, pero finalmente la amenaza pudo ser detenida y las numerosas muertes enanas han servido para cimentar la alianza con sus vecinos.
El clan está conformado únicamente por enanos, aunque de muy distinta índole, desde guerreros y exploradores dedicados a proteger caravanas y descubrir nuevas rutas comerciales hasta por mercaderes tan duros como la roca a la hora de negociar. Cualquier enano puede jurar fidelidad al clan Rocasangrienta si su honor está intacto y es capaz de ofrecer algo importante a cambio. Para ello debe de viajar hasta el salón del clan y solicitar la aprobación de Edfraya y los suyos. Entre los negocios más lucrativos del clan se encuentran la venta de sus excepcionales armas y armaduras, los minerales extraídos de las profundidades de las Kiralizor y todo tipo de exóticas gemas. También son muy apreciados sus servicios como artesanos, destacando sus arquitectos, cerveceros y los conocidos como «kohruen» (reforjadores), capaces de modificar armas de xion forjado para adaptarlas a nuevas formas.