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Los medianos de Sananda llegaron aproximadamente unos cuatrocientos años después de la desaparición de los Peregrinos. Un pequeño grupo de no más de dos docenas de sonrientes y curiosos medianos desembarcó en Puerto Estrella siguiendo las órdenes de Signus, apodado «Cabelloscuro». Este portaba un mapa con la localización de una antigua ciudad que, según se decía, había sido habitada por los medianos en los albores de Voldor, cuando aún eran esclavos. La pequeña banda de exploradores fue prosperando y, con cada nueva embarcación que arribaba a la ciudad, más y más medianos desembarcaban en pequeños grupos en Puerto Estrella, llegando a ocupar todo un barrio de la cosmopolita ciudad costera. Inquietos y deseosos por explorar las vastas llanuras, no tardaron en emigrar hacia el este, creando campamentos mínimos por toda la costa del Xenir. Su incansable periplo hacia el este tenía en realidad el objetivo secreto de localizar la misteriosa ciudad y, gracias a un duérgar proscrito con el que se tropezó uno de estos grupos de exploradores, localizaron unas ruinas donde terminarían instalándose y a la que acabarían bautizando como Mediopaso. Se trataba de una ciudad subterránea completamente inundada, aunque los medianos, resueltos a cumplir su destino, reformaron los pocos edificios que sobresalían de las aguas y, con ayuda de los fórmigos, con los que no tardaron en tener buenas relaciones, comenzaron a excavar una serie de pequeños túneles conocidos como Las Madrigueras. 

Convencidos de que estas ruinas eran la ciudad del mapa de Signus, iniciaron tratos comerciales con los duérgar de Hirior para tener acceso a maquinaria especial que les permitiese inspeccionar y drenar las estancias que permanecían inundadas. Y, aunque el único objetivo de Signus radicaba en desentrañar el secreto que se ocultaba bajo las aguas, su muerte cambió los planes de aquel grupo de medianos cada vez más numeroso. Los siguientes líderes dieron prioridad a la formación de un verdadero asentamiento más que a un grupo de trabajo o de prospección, por lo que comenzaron a organizar el lugar para transformarlo en lo que llegaría a ser la ciudad de Mediopaso, pactando diferentes tratados y acuerdos con los pueblos de Sananda. 

La mayoría de los medianos de Sananda viven en Mediopaso, aunque es común verlos en otras ciudades y asentamientos negociando con todo tipo de mercancías. Lo hacen a través de los numerosos afluentes y canales secretos del río, que, dada su natural afinidad con el agua y la navegación, conocen como nadie en Sananda. También son famosas las fondas que han construido en las rutas comerciales del este de las llanuras.

Los comerciantes medianos inflan los precios de sus productos, pues siempre esperan que los forasteros regateen con ellos. Las prendas de vestir y los ropajes son un medidor de su nivel de vida, gustando de lucir elaborados bordados y joyas incrustadas en sus prendas. Rara vez puede verse a un mediano adinerado usando las mismas ropas dos días seguidos, como puede apreciarse en el dicho popular de Sananda: cambias de parecer tan rápido como un mediano de pantalones.

El portavoz de Mediopaso es elegido en la Asamblea de Comerciantes y se encarga de controlar, administrar y tomar decisiones menores para la comunidad. Para cuestiones importantes, la Asamblea de Comerciantes se reúne al completo para tratarlas. Esta reunión tiene lugar en Las Madrigueras, y pueden votar todos los medianos con cierto nivel adquisitivo. Al fin y al cabo, todo tiene un precio en Mediopaso.

Los medianos de Mediopaso no entierran a sus difuntos. En su lugar, amortajan el cuerpo y lo envían río abajo en pequeñas y ligeras embarcaciones hechas con juncos. Así se encontrarán con el mar, donde realizarán el traspaso a la otra vida. En algunas ocasiones estas embarcaciones quedan varadas en Puerto Estrella, por lo que existe un cargo en la ciudad llamado «bichero », que se encarga de localizar y devolver al mar las embarcaciones funerarias con largas pértigas acabadas en garfios que les dan nombre, aunque en la ciudad se lo conoce comúnmente con el nombre despectivo de «desatascador».

Solo un pequeño número de los medianos de Sananda presenta cabellos y ojos negros, a quienes se llama «descendientes de Signus» o «portadores del signo». Por supuesto, no todos los medianos que bucean en las aguas del Xenir para explorar la ciudad sumergida son portadores del signo, pero sin ninguna duda todos los descendientes de Signus se dedican a continuar con su legado, desentrañando los misterios que permanecen sumergidos bajo el río.

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