Durante el solsticio de verano, que se da el último día de Vuelo de Samq’uil, los elfos Indeverei acuden en masa al templo de Elethae para dar gracias por su energía solar que alimenta todos sus artefactos de xion, en forma de ofrendas de todo tipo, entregadas a los sacerdotes a lo largo del día. Esta es una de las pocas ocasiones en las que el rey Radaeril abandona su palacio y se deja ver por su pueblo, aunque la mayoría de los rituales son protagonizados por su esposa, la reina Nylathxia, en su papel de paladín del dios solar. Con la caída de la noche (la que da paso al primero de Baile), los fieles mantienen la tradición de sumergirse en agua celebrando populares baños en los círculos formados por las aguas del río Renëil.
Durante el solsticio de verano, que se da el último día de Vuelo de Samq’uil, los vindusinos acuden a los lectores de sombras, puesto que se cree que es el día en el que las predicciones son más certeras. Las calles se llenan de ciudadanos con las manos llenas de ofrendas y las cabezas repletas de preocupaciones que buscan aliviar mediante las consultas. Una reciente moda lleva a los Banjora a consultar a los relativamente escasos lectores de sombras menkarre quienes, al vivir en las sombras, tendrían una mayor conexión con ellas. Con la caída de la noche (la que da paso al primero de Baile) es habitual darse baños en los canales y participar en bailes en las plazas de la ciudad.