Este viejo faro de planta circular y construido con rocas de colores está situado a pocas millas al sur de Akanzar. Se encuentra en un estado lamentable, agrietado y cubierto de hiedras y malas hierbas, pero sigue iluminando la entrada al río y el acceso a la ciudad para que el comercio siga fluyendo. Se rumorea entre los marineros que, en las noches más oscuras, las cercanías del faro se llenan de sajuaguines que realizan extraños rituales.
Datos generales
Ciudad grande: 20 000 habitantes (79 % humanos, 4 % mida, 3 % enanos, 4 % gnomos, 4 % medianos, 3 % felínidos, 1 % arainas, 2 % otros).
Límite de dinero: 30 000 po.
Guardias: 202 guardias a tiempo completo.
Autoridad: Concilio de Akanzar, duque de Azur.
Religiones mayoritarias: Iglesia de Eurana, Mercaderes de Ankaraz, Navegantes de Lushtra, Orden de Praxis, Principio Rector mida.
Producción principal: Carne, queso, hidromiel y pieles.
Historia
La ciudad de Akanzar está situada a orillas del río Jalth, en un valle de clima templado y verdes pastos, idóneo para las reses, que forman uno de los pilares de la economía local. Fue fundada por orden de la Liga de Comerciantes de Zabáriax buscando una nueva ciudad en las cercanías de Azur. Mediante un ejército de mercenarios, expulsaron a las tribus que habitaban las tierras. Gracias al Jalth, que nace a pocas millas de Kiro, muchos comerciantes del Imperio Mida eligen Akanzar como salida al mar para sus negocios, y algunos incluso han situado en ella sus almacenes. Además, debido a los numerosos ataques piratas, el concilio ordenó construir una fortaleza de piedra que escudase el acceso del río. Armada con grandes balistas y catapultas, la fortaleza de Broxus controla el tráfico marítimo y evita que posibles flotas piratas o de invasores se acerquen demasiado a la ciudad. En combinación con las altas murallas que protegen el centro de la ciudad, Akanzar es un pequeño baluarte capaz de defenderse mejor de lo que podría parecer.