Hija de una pareja de comerciantes de Mirianis que falleció durante una epidemia en Azur, hace ya sesenta años, Aranth fue entregada a la iglesia de Erekar y educada como paladín de la orden por los monjes.
Ahora defiende los intereses de la cofradía en la metrópolis y su habilidad con las armas está a la altura de sus extensos conocimientos de historia y política.