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Ciudad grande: 23 438 habitantes (74 % fórmigos, 13 % humanos, 5 % centauros, 4 % medianos, 4 % otros)
Límite de dinero: 30 000 po
Guardias: 303 guardias
Autoridad: Reina Meilanii, Ilionirii (capitán de la Guardia Crucia), princesa Eiilan (capitana de la Guardia Real), Mkutyo (mesotez)
Religiones mayoritarias: Culto cívico, Iglesia de Armonía

Geografía, cultura e historia

En la región central de Sananda, entre las Quebradas del Ojo y los Montes Urulus, se ubica la magnífica ciudad fórmiga de Ikrii. Inmensos campos de cultivos rodean la superficie de la urbe, donde pueden verse cientos de fórmigos trabajando incansablemente de sol a sol. Largos caminos empedrados discurren entre estas tierras de labranza siguiendo los puntos cardinales y dan paso franco a una ciudad que se extiende casi por igual tanto por la superficie como bajo tierra. Ikrii se halla en una depresión del terreno con forma de media luna, y su exterior está protegido por un muro de tierra y roca procedentes del interior del hormiguero. La muralla ofrece una sólida protección, aunque no es infranqueable y los contrabandistas han sabido sacar provecho de ciertos fallos de diseño.

Dentro de las murallas se encuentra el mercado conocido como El Cruce, lugar donde se llevan a cabo muchas de las transacciones comerciales de Sananda. A lo largo del tiempo se han ido construyendo muchos edificios en su interior: posadas, almacenes y viviendas para los trabajadores, tanto de los campos como del propio mercado. En el centro de El Cruce se halla el Estanque del Encuentro, que recoge el agua de las lluvias y donde pueden abrevar las monturas de los viajeros y los mercaderes que llegan a Ikrii. Parte del agua se filtra desde el estanque al interior del hormiguero, actuando como riego para los cultivos subterráneos de la ciudad. A lo largo del mercado hay hasta una docena de entradas que llevan al propio hormiguero, vigiladas día y noche por guardias fórmigos.

Siendo Ikrii como es la segunda mayor ciudad comercial de la Llanura Interminable, El Cruce mercadea con todo tipo de bienes. Principalmente exporta alimentos a sus vecinos, pero por sus puestos pasan todo tipo de productos, desde las exquisitas tallas de los centauros a los minerales de Biixemein, pasando por las telas y tinturas de Antares. Es por ello por lo que, como en toda población comercial, se ha desarrollado un gran mercado negro. La corrupción y las malas artes no se han extendido tanto como en Puerto Estrella, pero existe un importante negocio de contrabandistas a pesar de los esfuerzos de la guardia. En esta ciudad se forjan también muchas de las armas que llegarán a las otras ciudades de Sananda y que blanden los guerreros alunos, quienes acampan en una explanada fuera de los límites de El Cruce en lugar de en su interior. La reina Meilanii en persona suele recibir a su aluinar para ahuyentar la creencia de que se trata de un desaire, porque lo cierto es que así evitan el caos dentro de sus murallas.

La morfología de la ciudad subterránea es circular, formando anillos concéntricos comunicados entre sí por corredores, como si se tratase de los radios de una rueda. Gracias a que los silos y las entradas se encuentran en los anillos exteriores, las cosechas pueden guardarse rápidamente. Así se establecen también distintos puntos de acceso desde los que llevar a cabo operaciones comerciales de mayor envergadura. En los círculos exteriores es donde habitan la mayor parte de los ciudadanos fórmigos y donde puede verse mayor presencia de visitantes. Conforme se avanza hacia los círculos interiores la presencia de no fórmigos va desapareciendo, siendo el hogar de los ciudadanos más importantes, exploradores, artesanos, sacerdotes del culto cívico, etcétera. En el núcleo del hormiguero habita la reina Meilanii junto con sus consortes, las princesas y sus sirvientes más inmediatos.

La seguridad de Ikrii se compone de dos cuerpos de guardia claramente diferenciados. Por un lado está la Guardia Crucia y, por otro, la Guardia Real. La primera se encarga de vigilar la superficie y de que las transacciones se hagan limpiamente, además de asegurarse de que se pagan los correspondientes aranceles a la ciudad. Este cuerpo está formado en su mayor parte por fórmigos, pero también hay miembros de otras razas entre sus filas. Ilionirii, un excepcional guerrero fórmigo, es su comandante. La Guardia Real, por su parte, sí está formada exclusivamente por fórmigos, y se encarga de la protección de la ciudad subterránea y de garantizar la seguridad de la reina. Es la princesa Eiilan quien se encuentra al mando de estas fuerzas. A menudo ambos cuerpos entran en conflicto al excederse en sus competencias. Cuando esto ocurre se acude al mesotez, una suerte de portavoz de la reina que actúa como mediador en los conflictos menos relevantes. El actual mesotez de Ikrii es un anciano fórmigo llamado Mkutyo que cuenta con la completa confianza de la reina.

La religión con más adeptos de Ikrii es, sin duda alguna, el culto cívico a la ciudad y a la reina madre de la colonia, doctrina de la que participan casi todos los fórmigos del hormiguero. No obstante, no se trata de la única ayuda espiritual con la que cuentan los habitantes de Ikrii: en El Cruce puede encontrarse una pequeña capilla dedicada al culto de Arastu, conocida como Armonía entre los fórmigos. La sacerdotisa, Marinia, una mediana ribereña llegada a El Cruce desde Puerto Estrella, vela por el crecimiento civilizado y justo de la ciudad. Para ello, interviene como mediadora en los tratos más importantes o en aquellos en los que se solicita su actuación. Por otro lado, ha comenzado a extenderse una religión secreta entre algunos de los fórmigos de Ikrii proveniente de Biixemein llamada Culto Eterno.

Meilanii, la reina de Ikrii, es considerada una regente justa, por lo que los gobernantes y líderes de otras ciudades y tribus de la Llanura Interminable suelen tener en cuenta su palabra. Sin embargo, en los últimos años está teniendo problemas con la reina Elianii de Biixemein, la cual le pide ayuda insistentemente para llevar a cabo su proyecto de unir todos los hormigueros de Sananda y Shabana. Meilanii considera demasiado complejo el proyecto de su congénere, además de tremendamente peligroso, por lo que para seguir manteniendo relaciones cordiales con el resto de hormigueros ha estado dando largas y excusas a Elianii ante sus peticiones.