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Ciudad pequeña: 9001 habitantes (77 % medianos, 14 % humanos, 3 % duérgar, 3 % fórmigos, 3 % otros).
Límite de dinero: 12 000 po.
Guardias: 182 guardias.
Autoridad: Asamblea de Comerciantes, Amatista (líder de los Portadores del Signo).
Religiones mayoritarias: Iglesia de Praxis.

Geografía, cultura e historia

A las orillas del Xenir, en la región sureste de Sananda, se encuentra la ciudad de Mediopaso, una urbe subterránea de medianos ribereños descendientes de inmigrantes que llegaron a Puerto Estrella en busca de la ciudad de sus antepasados bajo los auspicios de Signus Cabelloscuro (hoy en día, patrón de la ciudad). La principal característica de Mediopaso es que se construyó sobre unas ruinas inundadas de los Peregrinos. Los medianos han reacondicionado las zonas que arrebataron al río gracias a las máquinas de los duérgar, con los que tienen contacto desde hace tiempo. Su ubicación, sumada a la pericia de sus habitantes con los botes, hace del puerto de Mediopaso un enclave comercial muy importante. Todas las mercancías que suben o bajan el Xenir pasan en algún momento por la ciudad; además, algunos medianos acompañan como guías a estas embarcaciones, pues conocen mejor que nadie las rutas seguras de los canales.

Los medianos de Mediopaso, a pesar de las advertencias de los demás habitantes de las llanuras, tienen tratos con los duérgar de Hirior. Para ello utilizan el llamado Puente de Xion, un artefacto que data de la época de los Peregrinos y que permite crear un puente entre ambas orillas del Xenir. Utilizando un enorme cristal de xion, mecanismos secretos lanzan un haz de luz desde el puerto de Mediopaso que no tarda en solidificarse, componiendo un recio puente capaz de soportar varias toneladas de peso. La Cofradía de Erekar ha intentado estudiar dichos mecanismos, pero la Asamblea de Comerciantes de Mediopaso lo ha evitado vetando a la Cofradía de la ciudad.

El puerto se encuentra en la cara norte del Xenir, y desde allí se accede a la ciudad subterránea mediante rampas y escaleras. Al final del descenso se abre la gran caverna que acoge a Mediopaso, por donde se introduce el Exin, un afluente del Xenir que inunda las estancias de la ciudad. Una de las mayores atracciones de la urbe es su mercado, Las Tablas. Se halla en la entrada a la ciudad y, como su nombre indica, se alza sobre tablones de madera que lo mantienen por encima de las aguas. Los comerciantes, en su gran mayoría medianos, regatean sin descanso en el atestado mercado. El principal mercader de Las Tablas es Ypier, conocido así por la coletilla con la que acaba todos sus tratos: «Y pierdo dinero con ello, ¿eh?». También es muy conocido un humano llamado Melkart el Displicente. Recibe su apodo debido a que parece que no le interesan tanto los negocios como observar con divertida curiosidad los asuntos que atañen a los medianos de Mediopaso; sin embargo, es una gran fuente de conocimientos y muchos le piden consejo.

Tras pasar por distintos corredores de piedra y diversas estancias se llega a la Plaza de Signus, donde una estatua de piedra del que fuera líder de los medianos en Sananda da la bienvenida a los recién llegados. En torno a esta enorme plaza se hallan todas las estancias secas de la ciudad, donde los habitantes de Mediopaso viven su día a día. Los edificios de la plaza disponen de varias plantas comunicadas por escaleras y pasillos de piedra que, unas sobre otras, se agrupan en torno a la estatua de Signus como si se tratase de un anfiteatro. En el techo de la enorme plaza, los duérgar han instalado unas titánicas claraboyas que proporcionan luz a la ciudad y que, mediante mecanismos básicos pero efectivos, pueden cerrar con mamparas blindadas de metal en caso de ser necesario.

Al oeste de la Plaza de Signus se encuentran las Salas Retumbantes, con la maquinaria que mantiene a la ciudad libre del afluente Exin. Una serie de enormes artefactos de drenaje duérgar bombean el agua de los corredores bajo los tablones hacia el exterior, donde se aprovecha para irrigar los arrozales de Mediopaso. El ruido en esta zona es ensordecedor, la propia acústica de las salas magnificando el estruendo producido por la maquinaria. De hecho, los trabajadores usan tapones de cera para realizar el mantenimiento, lo que les ha llevado a comunicarse mediante lenguaje de signos. La guardia de la ciudad vigila estos corredores con diligencia, pues, si se originase un sabotaje, todo Mediopaso quedaría a merced del río. Los duérgar están ideando un sistema de esclusas que permitiría sellar distintas zonas de la ciudad en caso de catástrofe, pero hasta ahora solo se han instalado en la Plaza de Signus.

Hacia el este, más allá la Plaza de Signus, está la parte de la ciudad que los medianos actualmente están intentando arrebatar al río, conocida como los Corredores de Amatista en alusión a la mediana que supervisa estos trabajos. Amatista es una de las más incansables y dedicadas buscadoras de la ciudad de Signus y, a pesar de no ser portadora del signo, pues posee unos rizados cabellos castaños, nadie osa poner en duda su determinación. Hace tiempo sufrió un accidente en el que su espalda quedó dañada por un derrumbamiento, y desde entonces utiliza una silla con patas hidráulicas que le permiten moverse sin problemas por los Corredores, un portento de la artesanía duérgar. En esta zona se emplaza el barrio duérgar, cuyo acceso restringido solo deja pasar a personas autorizadas. En las forjas de los enanos oscuros se confeccionan las futuras esclusas y se realiza el mantenimiento de la maquinaria que drena las estancias de los Corredores. Kardaz es el capataz y el diseñador de la silla de Amatista, a la que aprecia especialmente después de tanto tiempo trabajando juntos.

En lo más profundo de los Corredores de Amatista está la entrada a las Estancias Inundadas de Signus. Desde aquí puede accederse a parte de las antiguas ruinas completamente inundadas, donde cada día buscadores medianos bucean en busca de información y hallazgos que les permitan averiguar qué se oculta en el fondo de Mediopaso. Con la ayuda de complejos artefactos duérgar se ha conseguido explorar gran parte de estas estancias: trajes de cuero con escafandras de metal, cerrados herméticamente, y que reciben oxígeno bombeado desde la superficie permite a los medianos permanecer mucho tiempo bajo el agua. También han comenzado a usar extraños vehículos que los duérgar llaman «batiscafos», con los que se puede explorar el fondo las Estancias Inundadas.

Finalmente, al norte de la Plaza de Signus se encuentran Las Madrigueras, una serie de pequeños corredores subterráneos excavados en la roca. Solo los medianos, enanos y gnomos pueden moverse por aquí con facilidad, ya que el resto de las razas apenas caben y deben hacerlo encorvadas. El propósito de Las Madrigueras es tener un lugar en el que refugiarse si subieran las aguas del Exin, pues estos corredores han sido excavados por encima del nivel del río. En lo más alto de Las Madrigueras existen salidas al exterior, ahora clausuradas, y que solo deben ser utilizadas en caso de que el río recupere la ciudad. Aquí se realizan las reuniones de la Asamblea de Comerciantes, se dictan leyes y se toman decisiones concernientes a la política de la ciudad. Solo los habitantes de Mediopaso que puedan caminar por los corredores y dispongan de suficiente nivel adquisitivo tienen derecho a voto. Además, también en Las Madrigueras está el almacén de Mediopaso, donde se guarda el grano obtenido de los arrozales del norte de la ciudad, en la superficie.