Biografía
Ilonka Shirokin, descendiente del linaje de herreros Shirokin. Tras la muerte de su padre, el famoso herrero Andre, los hermanos Shirokin decidieron no aprovecharse de la fama de su familia y abrieron una humilde herrería en la ciudad de Borona.
Mientras su hermano Bastian se dedicaba a ganar dinero con contratos de protección de mercaderes y exterminio de monstruos, Ilonka trabajaba el metal con la pasión y habilidad que hacen gala dos enamorados en su noche de bodas. No tardó mucho en correrse la voz de que había una fragua en la ciudad que realizaba trabajos sublimes, por lo que los clientes aumentaban en número, al igual que en fondos.
Con su hermano en el ejército, y con la fama que ambos habían logrado alcanzar partiendo desde cero, los hermanos sabían que estaban en el camino correcto para alcanzar la gloria. Sin embargo, lo peor estaba por llegar, ya que un día en mitad de la noche llegó una misteriosa persona a la herrería de los Shirokin. Esta encargó a Ilonka un arma especial, forjada siguiendo unas instrucciones muy precisas y extrañas.
Al principio no le dio más importancia. Se había topado con clientela de todo tipo, incluso una persona le pidió una vez que dejara a su martillo de guerra "bien sexy" para un fin de semana romántico. Sin embargo, había algo siniestro en todo esto, algo que la perturbaba. Conforme seguía las instrucciones y el arma comenzaba a tomar forma, a la herrera se le comenzó a nublar el juicio. Dejó de trabajar en otros encargos durante esas dos semanas pues solo quería tener tiempo para este filo negro.
Cuando por fin estuvo lista, supo que nunca debió aceptar el encargo. Una profunda aura maligna impregnaba la hoja y, de alguna manera, había alterado su mente. Arrepentida comenzó a forjar una segunda espada, un arma que fuera lo opuesto de lo que creía que podría ser la oscura espada. Una espada recta imbuída en energía radiante.
Tras unos días, el cliente volvió a aparecer en su puerta en mitad de la noche, oculto de nuevo tras una capucha. Sin embargo, Ilonka se negó a entregarle el arma. Quería saber qué era, qué aberración había creado. El misterioso individuo no respondió, sencillamente le arrebató el arma de las manos, por lo que Ilonka desenfundó rápidamente su espada divina. El duelo duró apenas unos segundos, pues el encapuchado gozaba de gran habilidad. Ilonka fue atravesada con la hoja negra.
En ese momento apareció Bastian, quien estaba de permiso unos días. Al contemplar la escena no pudo más que lanzarse sobre el agresor, pero en el momento en el que ambos estaban tocando la siniestra espada a la vez, esta explotó, provocando con sus fragmentos cortes en ambos. Cortes que más tarde se convertirían en las características marcas oscuras de Bastian. El agresor logró huir, pero Bastian permaneció allí unos minutos. Confuso, herido, y con el cadáver de su hermana en sus brazos.
El paladín descubrió lo que había pasado con Ilonka y esa espada al leer su diario, aunque desgraciadamente no había plasmado en él las instrucciones ni materiales para forjarla. Bastian abandonó de inmediato La Patrulla, y se encaminó tras la pista del asesino. Con el ahora destruido Filo Negro a la espalda, y con las marcas de su piel como un triste castigo, marcha por las Grandes Colinas buscando la manera de resarcirse y alcanzar la paz. Encontrando antes la venganza.