No existen portales interplanares que conecten directamente con las capas inferiores de los Nueve Infiernos, pues Asmodeo así lo ha ordenado. Por tanto, Averno, la primera capa, es el punto de llegada de los visitantes de Baator. Es un erial rocoso recorrido por ríos de sangre y nubes de moscas hambrientas. De vez en cuando caen ardientes cometas desde su oscuro cielo, dejando cráteres humeantes a su paso. Los campos de batalla vacíos, en los que solo se pueden ver armas y huesos, muestran los puntos en los que las legiones de los Nueve Infiernos salieron victoriosas tras enfrentarse a aquellos enemigos que se atrevieron a pisar su hogar.
El actual archiduque es Bel, que recuperó su trono del ángel caído Zariel (Azor) tras su redención. Bel trabajó como el genera de Azor durante los años anteriores a su retorno al poder, ya que había caído en desgracia ante los ojos de Asmodeo y se vió obligado a servirla como su consejero. El actual general al servicio de Bel es Gargauth, habiendo sido liberado de su prisión en el Escudo del Señor Oculto.
Bel ofreció este puesto a Tiamat, la Reina de los Dragones Malvados, que estaba prisionera en esta capa, gobernando sobre sus propios dominios. Pero este encarcelamiento terminó de manera abrupta tras obtener la Mano de Vecna. El paradero ahora de Tiamat en los Planos es un misterio, que pocos creen que acabará bien.
Antaño era un reino paradisíaco lleno de ciudades, puestos de comercio y otros rasgos, pero la actividad de la Guerra de la Sangre lo ha reducido a un páramo devastado con los eones. Las pocas estructuras que siguen en pie son ciudadelas construidas por los diablos para repeler a los atacantes, que se reconstruyen cada vez que se desplaza el frente de la guerra. En la actualidad, los Diablos controlan Averno, aunque la lucha continúa (como siempre) en lugares aislados de la capa.