Los Nueve Infiernos no rechazan ningún alma, pero las verdaderamente inútiles (aquellas cuyos actos de maldad en vida fueran obra principalmente del descuido y la inacción) solo pueden convertirse en nupperibos, o diablos hinchados. Estas patéticas criaturas arrastran los pies de un lado a otro y solo están dispuestas a actuar cuando las nubes de alimañas que revolotean a su alrededor encuentran presas que atacar o cuando un poder infernal superior se lo ordena.
Individualmente, los nupperibos son débiles, pero rara vez están solos y pueden resultar peligrosos cuando forman grupos. Nubes de molestos insectos, estirges y otras alimañas los rodean y conforman una especie de aura terrorífica y apestosa que atormenta a cualquier criatura que no sea un diablo que se acerque.
Los nupperibos se consideran un tipo de diablo, o baatezu, y éstos afirman que forman parte de su raza. Pero se dice que los nupperibos y, por extensión, los seres en los que podían evolucionar, existían en Baator desde mucho antes que Asmodeo y sus diablos lo conquistaran, y tomaran el nombre de baatezu. Fueran lo que fueran los antiguos baatorianos, cuando los baatezu llegaron a sus tierras, desaparecieron. Algunos baatezu creen estas viejas leyendas y temen la posibilidad de que los nupperibos maduren y se conviertan en baatorianos más avanzados, por lo que acorralan sin piedad a los gordos infraplanares para convertirlos en diablos deformes, el estado básico de la raza baatezu.