Las mantícoras son monstruos en todos los sentidos de la palabra, con una cabeza vagamente humanoide, el cuerpo de un león y las alas de un dragón. Su melena se extiende por toda su espalda y su larga cola termina en un amasijo de púas mortales, capaces de empalar a sus presas a una distancia impresionante.
Las mantícoras son asesinas letales que recorren amplias distancias en busca de sus presas. Se agrupan para derrotar a enemigos particularmente grandes o peligrosos, compartiendo la comida tras salir victoriosas. Las mantícoras comienzan su ataque lanzando una andanada de púas desde su cola. Después aterrizan y utilizan sus garras y dientes. Cuando están en el exterior y se ven en inferioridad numérica, recurren a sus alas para mantenerse a una distancia prudencial, desde la que atacan con sus púas hasta que estas se agotan.
Las mantícoras no son especialmente inteligentes, pero son de naturaleza malvada y poseen la capacidad de hablar. Durante sus ataques, humillan a sus enemigos y les ofrecen una muerte rápida si suplican por su vida. Si ven que dejar vivir a un oponente les reporta algún beneficio, le perdonarán la vida, pero exigiendo a cambio un tributo o sacrificio que compense el alimento perdido.
Las mantícoras sirven a aquellos maestros retorcidos que las tratan bien y les ofrecen presas con frecuencia. Estas criaturas podrían hacer las veces de apoyo aéreo para un ejército de orcos o hobgoblins. Los principales rivales por el territorio de estas bestias son los guivernos. Sin embargo, las mantícoras que cazan en manada suelen utilizar la ventaja que les proporciona el número para imponerse. Además de a estas criaturas, también temen y evitan a los dragones.