Los manes, o demonios amorfos, son el tipo de demonio menos poderoso, y se forman a partir de las almas de criaturas malvadas que descienden al Abismo. Estos desdichados infraplanares atacan a cualquier criatura no demoníaca que tengan a la vista, y aquellos que buscan provocar el caos y la muerte los invocan desde el Plano Material.

Orcus, el Príncipe de los Muertos Vivientes, tiene el poder de transformar a los manes en muertos vivientes monstruosos, como gules o sombras. Otros señores demoníacos los devoran, destruyéndolos por completo. Si se mata a un mane de cualquier otra forma, este se disipará en una nube de vapor apestoso que se recompondrá tras un día.