Naja Bellandi fue una figura clave en la historia de Elturel, desempeñando el papel de Alta Observadora. Su gobierno estuvo marcado por decisiones audaces, la más significativa de las cuales fue su pacto con Azor, la Archiduquesa de Averno.
Antes de su ascensión a Alta Observadora, Bellandi vivía bajo el reinado del Alto Jinete Klav Ikaia. El señor vampiro de Elturel mantuvo oculta su verdadera naturaleza, pero la oscuridad de su maldición corroía la ciudad como un cáncer. Cinco años tras su reinado, el secreto fue descubierto por Naja, que era entonces Alta Vigilante de Moradín. Bellandi a penas consiguió escapar del Salón Alto antes de que los engendros de Ikaia pudieran convertirla en vampiro.
El descubrimiento de Naja y su posterior huida desencadenó la Noche del Golpe Rojo: El Alto Jinete Ikaia y sus vampiros ya se habían infiltrado en los rangos más altos del gobierno; ahora arrasaron con lo que quedaba, matando o convirtiendo a docenas. Los propios Jinetes Infernales fueron traicionados, cogidos por sorpresa, y casi totalmente masacrados en un frenesí vampírico.
Naja Bellandi regresó al Salón del Escudo sólo para encontrarlo como un matadero. Reunió a los supervivientes que pudo encontrar y envió un mensaje a las patrullas que aún operaban fuera de la ciudad. Se planteó un asedio, pero los Jinetes Infernales que quedaban vivos estaban mal equipados para tal ataque. Dentro de las murallas de la ciudad, Bellandi dirigió uno de los varios grupos de resistencia de guerrilla, pero durante catorce días un reino de terror vampírico se apoderó de la ciudad.
En esta época existía un Culto de Azor en Elturel, liderado por Gargauth. En este caos, Gargauth vio una oportunidad. Los miembros del culto se acercaron a la Alta Vigilante Bellandi y le dijeron que Azor podía ayudarla... todo lo que tenía que hacer era aceptar un Pacto.
Bellandi inicialmente rechazó su oferta, pero entonces llegó la Matanza de la Alta Cosecha: Los vampiros irrumpieron en el Hogar de la Alta Cosecha, el templo de Pélor, y asesinaron a toda la congregación de refugiados que se había escondido allí. Cientos de hombres, mujeres y niños fueron asesinados y el clero de Pélor en la ciudad quedó prácticamente aniquilado.
Los azoristas volvieron a acudir, y esta vez Bellandi aceptó su oferta. Formó un Pacto con Azor, aceptando la ayuda de la Archiduquesa para derrocar al Alto Jinete Ikaia. A cambio, toda la ciudad quedaría en manos de Azor dentro de cincuenta años. Bellandi creía que había negociado bien al obtener los cincuenta años, pero en realidad Azor necesitaba ese tiempo de todos modos para asegurar su control sobre la ciudad.
Esa noche, el Compañero llegó al cielo de Elturel. Los vampiros fueron tomados por sorpresa y la mayoría fueron destruidos por su luz "sagrada", aunque el propio Alto Jinete Ikaia escapó a las catacumbas bajo la ciudad.
La Alta Vigilante Bellandi se convirtió en la Alta Observadora Bellandi y comenzó el doloroso proceso de reconstrucción. Sólo ella y el Culto de Azor conocían el Pacto que se había hecho, y en su mente Bellandi creía que en los cincuenta años que le quedaban sería capaz de encontrar una forma de romper el Pacto o, tal vez, evacuar la ciudad o encontrar alguna otra solución para que la gente escapara de la trampa de Azor.
En el 2E11977, el Culto de Azor hizo asesinar a Bellandi.