Krull, el sombrío sumo sacerdote de Tiamat, ejerce su influencia desde la imponente torre de Arkhan en Averno. Este clérigo de la muerte, devoto de la diosa de los dragones, ha dedicado su vida a la realización de oscuros experimentos con artefactos, buscando fortalecer el poder de su señora para liberarla de su prisión. Sin embargo, las sombras de la desconfianza acechan en su corazón mientras observa a Arkhan, el paladín que ha adquirido la Mano de Vecna.
Inquieto por la misteriosa adquisición de Arkhan y su aparente rechazo de los experimentos de Krull, el clérigo teme que la influencia de Vecna pueda estar corrompiendo al paladín de Tiamat. Con cautela, Zalroxar sigue los movimientos de Arkhan bajo las órdenes de Krull, vigilando cualquier señal de traición o cambio en las lealtades. Su objetivo final es liberar a Tiamat de Averno y restaurarla a su esplendor original, un propósito que se ve desafiado por las sombras inciertas que rodean al Culto del Dragón.