Los elfos de sangre son una subespecie de elfo rodeada de misterio, cuyo origen ha sido objeto de rumores y leyendas, pero que jamás ha sido aclarado. Algunos sugieren que su nacimiento implica que todo su linaje ascendente está maldito, otros que es un castigo divino o una enfermedad, y una pequeña minoría puede llegar a pensar en la naturaleza de los elfos de sangre como un don, aunque no se atreverían a compartir su opinión abiertamente en el Imperio Élfico.
Lo que sí es sabido, es que los elfos de sangre tienen al menos un padre elfo pálido. Durante miles de años se ha extendido el rechazo a los elfos pálidos o "srenia" en el imperio ya que según la opinión popular: "son la antesala de algo aún peor". Debido a que provienen de una gran mezcla de diferentes linajes élficos, los elfos de sangre pueden tener cualquier rasgo élfico conocido, y no necesariamente parecerse a sus padres. Esto incrementa el miedo de codearse con uno, ya que podría aparentar ser cualquier tipo de elfo, pero por suerte para los más temerosos hay una manera de diferenciarlos: Sus brillantes ojos rojos les delatan.
El temor a los elfos de sangre, y por extensión, a los pálidos, se debe a su potencial naturaleza innata, la hemomancia. No todos pueden hacer uso del dominio de la sangre, y mucho menos de emplearla como un arma, sin embargo la simple posibilidad de que sí puedan es suficiente para temerlos. Quizá un elfo de sangre sea capaz de extraer veneno del sistema circulatorio de una persona que lo necesite, pero también puede que un elfo de sangre haya crecido viendo a la gente como a sus juguetes, y que solo con desearlo pueda convertir a alguien en una pila humeante de carne y vísceras.