Amelia Corazón de Rubí es una detective pistolera de Halarahh. De linaje ancestral Aasimar, Amelia siempre a tenido el bien y el orden por bandera. Dado su gran carisma y valentía, se infiltraba en los bajos fondos a fin de cazar a aquellos maleantes que trataban de romper el equilibrio de su ciudad, tratando de coordinarse siempre con la guardia de la ciudad. En esas tabernas aprendió los trucos que utilizaban esos pobres diablos, todo el día jugándose lo poco que tenían a los dados.
Debido a su renombre y la voluntad de Halarahh de establecer nuevas relaciones diplomáticas y económicas con el resto de Mipsum, decidieron mandarla a Elturel como embajadora de Halruaa. Allí se dirigió en su navío celeste con su aprendiz Lara, aprovechando el cincuenta aniversario del Compañero. Ellas dos estuvieron allí cuando Elturel cayó.
Durante la caída, Amelia defendió valientemente a los ciudadanos de Elturel. En primer lugar contra los diablos que se adentraban en la ciudad, y posteriormente, contra los vampiros que ganaban terreno. Sin embargo, debido a todos los frentes que tenía que controlar, no pudo evitar que los diablos enviados por Fhet'Ahla secuestraran a Lara y otros vecinos. Tras un par de semanas, los soldados del Salón Alto llegaron hasta ellos y los invitaron a refugiarse allí. Así fue como conoció a Candela y Valeria, que se convirtieron en sus amigas. Al enterarse de que se dirigían a la Ciudad Púrpura decidió acompañarlas, ya que era allí donde los compañeros de Candela y Valeria, la Égida, habían dicho que se dirigía el Emporio Errante, lugar de trabajo de Fhet'Ahla donde seguro que trataría de vender a los secuestrados como esclavos o carnaza.
En Ciudad Púrpura se separó de sus amigas (de Valeria, para siempre) y se quedó unos días investigando cómo encontrar el Emporio. Una vez recopilada la información, se adentró en éste y consiguió liberar a los esclavos aprovechando un momento de caos en el que alguien le había robado un Modron a Fhet'Ahla. Por desgracia, sólo uno de los vecinos había sobrevivido al tormento, y Lara, tuerta y sin lengua, había sido torturada por tratar de liberar al resto. Había sido torturada por hacer lo que Amelia debía hacer. Los deseos de venganza contaminaron la mente de Amelia, pero en ese momento no, era más importante liberar a los presos. Así que pidió ayuda a Burney, con la cual había contactado previamente, y huyeron juntas del Emporio.
Camino de Elturel, en el Puente de Azor, se encontraron con la famosa Égida unos días antes del colapso de Averno. Gracias a Burney, que las llevó en su lomo, llegaron hasta Elturel antes de que subiera de nuevo a Mipsum. Tras un tiempo, Burney se puso en contacto con ella, avisándola de que Fhet'Ahla se encontraba en Halarahh, que llevara cuidado ya que él sabía que había sido Amelia quien le había robado a sus presas, y que, ayudara a la Égida a llegar hasta él desde Elturel. En Elturel se reencontró con Candela y conoció a Ravn a los que llevó en su navío.
En Halarahh, fueron convocados en una taberna, donde Burney les dió las pistas correspondientes. Pasando por un observatorio abandonado y por una mina de Rubís, descubrieron que todo era un trampa de Fhet'Ahla y orquestada por Mahadi, que se había hecho pasar por Burney todo ese tiempo. Combatieron, y ganaron, sin embargo, a pesar de las sospechas con Borus, al cual estaba dispuesta a matar si no le demostraba ser aliado, éste consiguió escapar por un portal con el cuerpo inconsciente de Fhet'Ahla. El resto de héroes, resignados, volvieron a sus quehaceres. Amelia, con la misión de ayudar a su amiga Candela en todo lo que pudiera y con la espinita de Borus en la cabeza, del cual quizás algún día utilice el nombre verdadero que Mahadi dijo en el combate.