Los Aasimar (pronunciado Á-si-mar) son mortales que llevan una chispa de los Planos Superiores dentro de sus almas. Descendientes de un ser angélical o imbuidos de poder celestial, pueden avivar esa chispa para traer luz, curación y furia celestial.
Los aasimar pueden surgir entre cualquier población de mortales. Se parecen a sus padres, pero tienen rasgos que insinúan su herencia celestial, como pecas metálicas, ojos luminosos, un halo o el color de piel de un ángel (plateado, verde opalescente o rojo cobrizo). Estos rasgos empiezan siendo sutiles y se hacen evidentes cuando el aasimar aprende a revelar toda su naturaleza celestial. Los aasimar maduran al mismo ritmo que los humanos, pero pueden vivir hasta 160 años.