El deterioro y la desesperación son inherentes a los dragones de topacio, ya que están impregnados de la energía necrótica del Plano Negativo. Su poder psiónico manifiesta el principio entrópico fundamental de que los seres mortales y sus creaciones están abocados a la muerte y la descomposición. En consecuencia, el comportamiento de estos dragones suele ser macabro y adusto.

Oro reluciente

Al salir del cascarón, las escamas de las crías de dragón de topacio son de un amarillo anaranjado apagado y tienen un aspecto turbio o vaporoso. A medida que envejecen, sus escamas se endurecen, se aclaran y se vuelven translúcidas y facetadas, con un color que va del amarillo brillante al ámbar intenso. Su cuerpo es más ancho en los cuartos traseros, estrechándose en forma de cuña hacia la cabeza, y sus alas están diseñadas para impulsarlos tanto por el aire como por el agua. El poder psiónico de un dragón de topacio queda patente en las espinas en forma de gema que se extienden por todo su espinazo, desde la parte superior del cráneo hasta la punta de la cola. Estas espinas flotan sobre la espalda del dragón y se mueven en función de su estado de ánimo.

Encarnación del deterioro

Aunque no suelen ser maliciosos, los dragones de topacio encarnan el deterioro. Para ellos, la destrucción no es sino un medio natural que da paso a una nueva creación y crecimiento, del mismo modo que un incendio forestal elimina la madera muerta, renueva el suelo y hace que el bosque vuelva a crecer aún más sano que antes. Por eso mismo, los dragones de topacio usan su poder para reducir a polvo los edificios derruidos y las plantas enfermas, pues así allanan el camino para una creación y un crecimiento nuevos.

Pese a ser buenos nadadores y hacer sus guaridas en costas y en pantanos salobres, los dragones de topacio detestan el agua. Por desgracia, su comida favorita son los calamares gigantes, así que no es raro ver a estos dragones refunfuñar sobre su mojadura después de bucear por el océano en busca de presas.

Muchas veces, los dragones de topacio entran en conflicto con los de bronce si sus territorios costeros coinciden, y pueden llegar a profesar un odio inexplicablemente intenso a estos dragones metálicos. También pueden provocar la ira de los druidas y otros protectores de la naturaleza que no entienden el gusto de estos dragones por arrasar grandes áreas de terreno. Por lo demás, a los dragones de topacio no les agrada la compañía y se irritan si los molestan. No obstante, quienes sean capaces de soportar sus malos modos, sus comentarios mordaces y sus intereses macabros podrán formar un vínculo duradero con un poderoso aliado.

Tesoros entrópicos

Los dragones de topacio valoran la información sobre destrucción y creación, ya sea abstracta o con aplicaciones prácticas. Les fascina la magia que crea objetos de la nada, anima a los muertos vivientes, destruye la materia o manipula la energía negativa. Los muertos vivientes captan poderosamente su interés y en ocasiones los añaden a sus tesoros como un rareza más.