El Plano Astral es un reino de pensamiento y sueños, donde los visitantes se desplazan como almas incorpóreas para llegar hasta los Planos Exteriores. Se trata de un inmenso mar plateado, igual por arriba y por abajo, con volutas blancas y grises que revolotean, tachonadas por motas de luz: las estrellas lejanas de los remotos sistemas del espacio salvaje. La mayor parte del Mar Astral es una extensión amplia y vacía. Sus visitantes a veces se topan con el cadáver petrificado de un dios muerto u otros trozos de roca en perpetua deriva por el vacío plateado. Mucho más comunes son los estanques de color, unos estanques mágicos de luz coloreada que parpadean como monedas brillantes que no paran de girar.
En el Plano Astral, las criaturas no envejecen ni padecen de hambre ni sed. Por ello, los humanoides que viven aquí, como los githyankis, suelen construir asentamientos en otros planos (normalmente el Plano Material) para que sus hijos puedan crecer hasta la edad adulta.
Los viajeros del Plano Astral pueden moverse con solo pensarlo, pero la distancia aquí importa poco. Cuanto más lista sea, más fácil le será a una criatura controlar su movimiento, que no es sino un acto de voluntad pura.
Espacio Salvaje
Cuales corchos a la deriva en el mar, por el Plano Astral flotan unas enormes extensiones sin aire conocidas como sistemas del espacio salvaje. En estos sistemas, el Plano Astral se solapa con el Plano Material y se puede acceder a las estrellas y planetas del segundo desde el primero usando, por ejemplo, un Barco Arcano. Todos los mundos del Plano Material se encuentran en un sistema del espacio salvaje.
Cuando un viajero astral se acerca a un sistema del espacio salvaje, la niebla plateada del Plano Astral se va dispersando poco a poco hasta que desaparece en el espacio salvaje. A continuación se puede observar el sol del sistema (que normalmente se encuentra a millones de kilómetros) junto con coloridas nubes de gases, planetas, lunas y otros cuerpos cósmicos.