Ilfrich es un dragón negro que huyó de Averno tras enemistarse con la archidiablesa Qirozz, buscando refugio entre los pantanos tóxicos de Minauros. Herido y derrotado, acabó por accidente en el corazón del Tesoro Inefable, donde conoció a Klassk, la dragona del estigio que reinaba solitaria y atormentada sobre aquel vertedero de emociones perdidas. A diferencia de ella, Ilfrich es capaz de absorber y manipular las sensaciones del Tesoro sin sucumbir a ellas, lo que lo convierte en un raro intérprete del valor oculto en ese lugar intangible.

Con un talento innato para el drama y la palabra, Ilfrich ha encontrado una forma de ganarse el favor de Klassk: ofreciéndole relatos, emociones destiladas y pequeñas joyas de empatía que ella sí puede experimentar a través de él. A cambio, Klassk lo protege de los innumerables peligros de Minauros, convirtiendo su alianza en una de conveniencia y dependencia mutua. Aunque Ilfrich no es menos codicioso ni menos peligroso que cualquier otro dragón, tiene debilidad por aquellos que puedan ayudar, animar o halagar a su protectora.