1. Objects

Contabilidad y Valoración de Todas las Cosas

La Contabilidad y Valoración de Todas las Cosas es un artefacto infernal creado por el Archiduque Mammón, patrón de la avaricia y señor de Minauros. Encadenado a la filosofía del intercambio y el cálculo frío, este tomo encuadernado en pan de oro, con páginas de plata y tinta de sangre, es tanto un canalizador arcano como un grimorio de conjuros. Su función más infame, sin embargo, es la de tasar las almas mortales: al abrirse cerca de una criatura con alma, revela qué deseo exacto bastaría para que esa criatura la vendiera. Además, cualquier ser muerto por un conjuro transcrito en sus páginas verá su alma arrebatada y enviada al Infierno, mientras su cadáver es cubierto por una lluvia precisa de oro como pago infernal.

A pesar de que el tomo original sigue bajo el control de Mammón, existen múltiples copias manifestadas espontáneamente en el Tesoro Inefable, producto de la densidad de emociones y recuerdos derramados allí. Estas copias-sueño, casi tan peligrosas como el original, son codiciadas por criaturas poderosas. Una de ellas pertenece a Klassk, la dragona del estigio que gobierna sobre ese pantano, y la guarda con celo paranoico como uno de los pocos tesoros que carecen de naturaleza intangible.

Usar el libro implica un precio. Aquellos que permiten que el tomo hable por ellos en una negociación reciben poderosas ventajas… y una lenta corrupción. La codicia, la vanidad y la malicia se infiltran en la mente del portador, reflejando el alma de su creador. Aquellos que no son ya de cruel naturaleza sufren daños físicos cada vez que lo usan de esta manera, mientras su voluntad y moralidad se desgastan. El libro no solo comercia con almas: transforma a quien lo posee en algo más útil para Mammón.

Destruirlo es posible, pero costoso. Mammón puede aceptar una ofrenda precisa, 99.999 piezas de oro depositadas en sus páginas a medianoche, y, si se digna, hará desaparecer tanto el libro como el pago. En caso contrario, solo una solución de platino fundido de inmenso valor puede borrar su existencia, consumiéndolo junto con el recipiente que lo contiene. Porque para eliminar una manifestación de la avaricia absoluta, hace falta un precio absoluto.