Oriundos del Plano Elemental del Fuego, los azers son maestros artesanos, expertos mineros y enemigos jurados de los ifrits. Un azer se asemeja a un enano tanto en el aspecto como en la manera de actuar, pero solo es una fachada. Debajo de su piel de aspecto metálico, un azer es un ser de fuego, lo que queda patente en su pelo y barba ígneas.
Los azers no se reproducen. Todos son forjados en bronce por otro azer e imbuidos con un fragmento de la llama interior del creador. A cada azer se le esculpen rasgos únicos. Este proceso de fabricación limita el crecimiento de la población y es la razón principal por la que estas criaturas siguen siendo poco comunes.
Los azers moran en un reino ubicado en la frontera entre el Plano Elemental de la Tierra y el Plano Elemental del Fuego, una cadena de montañas y volcanes cuyos picos se yerguen como una serie de fortalezas. Bajo las cimas de estas cumbres, entre calderas volcánicas y ríos de magma, los azers extraen de la tierra metales relucientes y brillantes gemas. Para defenderse de las salamandras invasoras cuyos amos (los ifrits) ordenan ataques a su reino, los azers organizan escuadrones que patrullan los pasos y los túneles de su nación.
Hace mucho tiempo, los ifrits y los azers fueron aliados. Los azers ayudaron en la creación de la Ciudad de Latón, transformando el hogar de los ifrits en uno de los lugares más maravillosos de la creación. Sin embargo, cuando terminaron su trabajo, fueron traicionados por los ifrits, que fracasaron en su intento de esclavizar a los azers para proteger los secretos de su ciudad. Si bien es cierto que se enfrentan ocasionalmente, hasta ahora ambas razas se han contenido a la hora de declarar una guerra sin cuartel. Los azers creen que lo único que mantiene a los ifrits a raya es su amenaza de desvelar la información sobre los pasajes secretos de la Ciudad de Latón.
Los azers son artesanos magistrales y sus creaciones con las gemas y metales preciosos que encuentran en su hábitat volcánico son bellísimas. Consideran que el valor de estos tesoros está por encima de cualquier otra cosa, y en ocasiones preparan expediciones a través de los planos para buscar metales y gemas poco comunes. Cuando se invoca a un azer al Plano Material, normalmente es para ayudar a forjar un objeto mágico complejo o alguna obra de arte. Se dice que su habilidad en tales trabajos no tiene parangón.