Madarua es una Deidad Menor asociada al nacimiento, la muerte y el cambio de las estaciones, venerada por ciertos grupos dentro de la antigua sociedad de Cynidicea. Simboliza el ciclo eterno de la vida y la renovación, guiando a las almas desde su llegada al mundo hasta su partida, y marcando el fluir del tiempo a través de la naturaleza. Sus seguidores ven en ella un equilibrio sagrado entre comienzos y finales, y practican rituales que honran los momentos clave del año, como siembras, cosechas y solsticios. Suele representarse con una máscara de hierro alargada, emblemas de vitalidad y renacimiento y tatuajes en forma de hoz.