Severo, estoico y siempre bajo control, Niji es la viva imagen de un piadoso shugenja Grulla. Fue entrenado por los Asahina, y no tolera ningún conflicto en casa de su amo. Era un consejero de confianza del difunto marido de Yae, y se hizo cargo de la mayoría de las tareas diarias que se esperaban de un daimyo provincial tras la muerte de su amigo y señor a manos de un asesino Goju. A pesar de estar más cualificado para el cargo de gobernador que Kakita Yae y su hijo juntos, el anciano parece contentarse con trabajar entre bastidores.