La hija de Niji ejerce como magistrada provincial, compartiendo el ojo de su padre para los detalles. Keishu es atractiva, aunque algo más robusta que la mayoría de las mujeres Grulla, y aún lleva el pelo recogido en una cola de zorro de doncella. No coquetea, ni responde a los intentos descarados de cortejarla, pero verá con buenos ojos a cualquier samurái masculino que la trate con respeto. A diferencia de su padre, Keishu cree que su servicio ha sido injustamente pasado por alto, y no tiene reparos en decirlo.