Este antiguo templo de Praxis era el orgullo de los fundadores de Thraxil. Construido en roca caliza y acero y con las paredes decoradas con estatuas de los dioses, este descomunal edificio levantado junto al puerto es lo primero que ven los marineros al acercarse a la ciudad. Su estructura exterior ha sobrevivido al paso del tiempo y su interior, algo más perjudicado, ha sido totalmente vaciado hasta formar una enorme sala diáfana que sirve de mercado y plaza principal. Sus puertas y ventanas se cubren con telas para evitar que entre la bruma.
Datos generales
Pueblo: 2300 habitantes (45 % humanos, 9 % mida, 8 % batrok, 8 % hipótidos, 7 % medianos, 6 % saurios, 5 % felínidos, 12 % otros).
Límite de dinero: 4500 po.
Guardias: Ninguno.
Autoridad: Consejo de capitanes.
Religiones mayoritarias: Navegantes de Lushtra, la Bestia Nocturna, Ssuchuq.
Producción principal: Reliquias, joyas, piezas de oro.
Pantanos del norte
Al norte de la cordillera Cormannon se encuentra un territorio pantanoso y cubierto de gases insalubres cuyos rincones están repletos de ruinas y bestias salvajes. Aparte de los piratas que habitan los vestigios de la antigua ciudad de Thraxil, las tribus nativas de los thraxamitas y algunas pequeñas comunidades de batrok y reptilianos son los únicos habitantes.
Historia
La ciudad de Thraxil se fundó en 4301 por comerciantes y soldados de La Garra que buscaban un puerto intermedio antes de llegar a Azur, así como un paso a las montañas de la zona. Fue construida en la costa de una pequeña península situada entre dos ríos, donde los primeros colonos estimaron que podrían construir un gran puerto accesible, apartada de la mayoría de pantanos de la zona. Se trataba de una zona utilizada por las tribus de humanos nativas como punto de encuentro para el comercio y las relaciones sociales, e incluso se cuenta que allí había construidos algunos de sus templos. Estos autóctonos, los thraxamitas, fueron expulsados del lugar por la fuerza y, con el paso de los años, la mayoría de las tribus fueron masacradas o asimiladas por los hombres del río.
Durante el siguiente siglo, la ciudad creció como puerto comercial y, sobre todo, militar tras la pérdida de Azur a manos del Reino de Zabáriax, convirtiéndose en el extremo meridional de los territorios de La Garra. Para el año 4400 Thraxil había alcanzado los dieciocho mil habitantes y era una próspera urbe repleta de puestos de comercio, muelles y templos, que abarcaba ambos ríos y varios canales artificiales para que las embarcaciones pequeñas pudieran aventurarse en los distritos centrales. Fue poco después, en el 4416, cuando ocurrió el desastre que acabó con la vida en la ciudad. Al devastador terremoto que se sintió en todo el litoral azurita y que destruyó parte de la ciudad le siguieron unos profundos temblores frente a la costa. A los pocos días, incontables fumarolas negras surgieron frente a toda la costa norte y llenaron la región de gases y una niebla tóxica. Unos pocos lograron huir en sus barcos y abandonar la ciudad, pero la inmensa mayoría murieron envenenados por las nubes de gas que cubrieron incluso la luz del sol. Las pocas tribus thraxamitas que aún poblaban los valles y colinas más al sur huyeron hacia las montañas, donde se dice que lograron resguardarse.
Tras la catástrofe, todo el territorio al norte de las montañas se convirtió en una superficie pantanosa y hedionda donde apenas crece vegetación y donde los barcos no pueden adentrarse por el humo y las nieblas. Así pasó los siguientes cien años, como una necrópolis abandonada, avistada en ocasiones entre la niebla por los navíos que pasaban frente a su costa como única señal de que aún seguía existiendo. Pero en el año 4589, un capitán pirata conocido como Akaz Garrazur se vio obligado a penetrar en las nieblas para escapar de una patrulla zabaria y, con enorme fortuna, logró alcanzar las ruinas de Thraxil. Allí descubrió que los gases que cubrían la costa se habían vuelto más livianos tierra adentro y que era posible vivir en su interior si se disponía de víveres y agua potable. Forjó unos medallones a modo de brújula que permitían a quien supiese utilizarlos cruzar las brumas y llegar a la ciudad, aunque nadie ha podido descifrar su tecnología. La voz se corrió entre los piratas y saqueadores y Garrazur entregó sus medallones a otros capitanes a cambio de su lealtad. Así se formó el primer consejo de capitanes de Thraxil, que dio una vida nueva a la ciudad, en esta ocasión con apenas unos cientos de habitantes, protegidos de las flotas zabarias y de La Garra.
A día de hoy Thraxil es una inmensa guarida pirata organizada como una ciudad, pues ya ha superado los dos mil habitantes. La gran mayoría vive de la piratería o de labores derivadas de esta. Solo los capitanes más cercanos a Garrazur, que sigue ejerciendo de líder el consejo pese a su avanzada edad, pueden entrar y salir de la ciudad y sus cercanías, así que el resto de habitantes dependen de ellos para salir y entrar, lo cual es clave para traer los productos de primera necesidad.