Arkhan

Arkhan el Cruel es un paladín y campeón de Tiamat. Era un antiguo asesino a sueldo que fue encarcelado y casi golpeado hasta la muerte en un intento de conversión forzada por parte de una secta religiosa. Arkhan fue capaz de romper sus cadenas y asesinar a sus captores, ayudado por las visiones y el poder que le otorgó la reina dragón.

Arkhan sirvió para las fuerzas del bien durante décadas, uniéndose a la Fuerza Gris a lo largo y ancho de los reinos para desentrañar los secretos ocultos que interesaban a su patrona. Fue en Chult donde aprendió por primera vez sobre las reliquias perdidas de Vecna. Sin embargo, el rápido crecimiento de la Guerra de la Madre Dragón detuvo su progreso. Arkhan trabajó como espía para el Culto del Dragón, informando sobre los movimientos del archimago de Aguas Profundas y la Escuela de Cobalto, el Vara Negra Licio Aumar.

Tras la guerra y el destierro de Tiamat a Averno, Arkhan volvió su mirada sobre los secretos del plano que pudieran interesar a su reina y empezó a investigar sobre artefactos perdidos en los Páramos. Esa investigación le llevó a encontrarse con Gideon, del que intentó obtener información sobre la Espada de Azor, sin embargo, tanto él como su pupilo Iroh consiguieron huir de su cacería.

Frustrado, se dejó llevar por sueños oscuros que invadían su mente. Una entidad oscura le mostró los secretos de un plano lejano, conocido como Exandria. Nadie sabe que ocurrió en este, pero cuando Arkhan volvió de su sueño del velo azul, había obtenido la Mano de Vecna de un eco de ese mundo. Con ella empezó a mover agentes del Culto del Dragón con el objetivo de ganar más poder sobre su Reina.

Su torre fue asaltada por la Égida, y fue derrotado antes de que sus planes pudieran llegar a más. Ahora la Mano de Vecna está en el poder de Tiamat, gracias al juramento de Ravn