La familia de Libride no es ajena a las riquezas, el poder y los privilegios. Durante el apogeo de Nuncainvierno, sus padres eran los condes de un latifundio en las colinas al noreste de la ciudad. No obstante, el monte volcánico cercano entró en erupción hace treinta años, devastando Nuncainvierno y borrando tus tierras del mapa. En lugar de crecer en una finca, Libride fue criado en una casa pequeña pero cómoda en Aguas Profundas. Ahora que es un adulto, lo único que aspira a heredar es un título carente de sentido y poco más.
Sin embargo, Libride sabe que está destinado a ser mucho más que el gobernante de unas tierras inexistentes. El volcán ha hecho inviable la reconstrucción de su hacienda. Sin embargo, durante los últimos tres o cuatro años, un grupo de duros colonos ha estado reconstruyendo otra de las ruinas cercanas a la ciudad: el viejo pueblo de Phandalin, que los orcos saquearon hará cinco siglos. Es obvio que Phandalin precisa de alguien que lo civilice; alguien que tome las riendas y traiga ley y orden. Alguien como Libride.
Él no es el único al que se le ha ocurrido esta idea. Un caballero, Sildar Salainvierno, ha partido hace poco a Phandalin, en compañía de un enano llamado Gundren Buscarrocas. Busca recuperar una antigua mina y volver a convertir dicho pueblo en un lugar civilizado, rico y próspero. Dado que comparten objetivos, Libride cree probable que Sildar esté dispuesto a ayudarle.