Los paladines que hacen pactos con diablos y se llevan al más allá su retorcido sentido del honor resultan muy valiosos para los archiduques de los Nueve Infiernos. Estos narzugons , o diablos jinetes, actúan como espeluznantes perversiones de los caballeros andantes y cumplen la voluntad de sus amos.

Los narzugons empuñan lanzas forjadas en los infiernos que envían las almas de sus víctimas al río Estigio, donde renacen como lémures. Las lanzas llevan las marcas del narzugon y de su amo.

Todos los narzugons tienen una pesadilla como montura. Estos corceles están sometidos con arreos infernales y deben responder a la llamada y las órdenes de quien lleve las espuelas.