Melodía es una huérfana de Pilzander, creció en un orfanato en los distritos bajos, donde la contaminación excesiva y la maquinaria defectuosa la llevó a tener una terrible enfermedad degenerativa en sus pulmones.

Siempre fue una niña débil, sin muchos amigos y con un humor algo raro. Tal vez por la agonía sufrida en su corta vida o por la poca esperanza que veía en el futuro, nunca tuvo mucho cariño a su vida. Siempre se escapaba del orfanato, trasteaba con máquinas peligrosas o se desmallaba de ataques de tos en sitios demasiado ocultos para que alguien pudiera ayudarla. Con los años, Melodía comenzó a ser cada vez más caótica, la vida era solo un cronómetro que estaba roto, contaba hacia atrás para ella a diferencia de para los demás, por lo que ella podía entonces comportarse al revés que los demás, ¿no? Comía más de lo que necesitaba su enclenque y enfermo cuerpo, siempre hacía lo contrario de lo que se le pedía, incluso si tenía ganas de orinar, ¿por qué no hacerlo ahí mismo? No es como si importase mucho, ya estaba muerta.

Su interés por las máquinas estuvo ahí desde pequeña, todas estaban rotas, no funcionaban bien, igual que ella, pero tal vez ella podría arreglarlas y darles una vida mejor, ojalá con ella fuera tan fácil. A sus 16 años Melodía había aprendido bastante por su cuenta de mecánica y magia, por supuesto nadie había querido adoptar una niña que iba a morir, así que a sus 15 escapó del orfanato para vivir entre la chatarra y la maquinaria olvidada. Con 18 años su enfermedad había avanzado mucho, su tos era incontrolable y cada vez podía respirar menos, además la falta de oxígeno y comida había hecho que uno de sus brazos nunca sanase de una herida grave que había sufrido intentando arreglar una sierra de un autómata carnicero, por lo que un médico de mala muerte amputó el miembro para que la infección y la muerte no se extendiera más por su cuerpo.

Desesperada, moribunda y tullida la depresión golpeó a la pobre Melodía, aunque siempre había estado triste, nunca dejó de luchar, pero todo parecía ya perdido. En agonía y esperando una muerte rápida decidió bajar a las ruinas del Enclave, donde lejos de encontrar descanso, encontró extraños planos sobre humanoides, unas formas mecánicas muy avanzadas que funcionaban con la magia y el poder del alma de su portador, eran un tipo de autómatas extraños, pues lejos de ser máquinas, parecían ser humanoides los que se convertían en máquinas. Con el poco tiempo que le quedaba y la vaga esperanza aún de salvarse, Melodía investigó y trabajó durante un par de meses en brazo protésico, un brazo que sin saberlo la acompañaría el resto de su vida, la investigación, como años después descubriría, no era ninguna innovación extraña, en el mundo ya se usaban prótesis de distintas procedencias, mágicas o mecánicas, pero en sus cloacas nunca habría podido aprender a hacerlas.

Con la edad de 20 años, Melodía había sustituido su brazo por una prótesis increíble, con ayuda de unos autómatas de simple funcionamiento y su nueva prótesis, fue incluso capaz de sustituir sus órganos dañados por la contaminación y la enfermedad, asegurándose que nunca volvería a ocurrir. Finalmente, a sus 22 años, tras esfuerzo, mucha maquinaria y ayuda externa de médicos de mala fama, Melodía consiguió cambiar su suerte y empezar a vivir, salió a conocer mundo y se alejó de la cloaca que llamaba hogar para descubrir cuales eran los límites de su nueva vida.

Durante sus viajes conoció a distintas personas y visitó variados lugares, la vida fuera de Pilthunder no era más sencilla pero tampoco era peor de lo que ya había vivido. Durante sus viajes, pasó por el Golfo del Corsario , situado en las Tierras Monstruosas, las cuales se decía que estaban plagadas de Orcos, Trasgos y Bestias, lo cuál era cierto, pero lejos de ser una plaga de matanza y muerte, había distintas ciudades, comercio y tratos que parecían fluir con normalidad desde hace tiempo en las sociedades de estas tierras. Durante su estancia en el Golfo escuchó el rumor de una aldea que mezclaba el paso de viajeros, orcos, goblins y otras especies. El lugar resultó ser algo más grande que una aldea, prácticamente una ciudad, su nombre es Akwatin Kida, donde conoció a una peculiar mujer con la que formó buenas migas, Kaho, esta mujer era una semiorca guerrera, la cuál blandía un extraño escudo que tardó poco en llamar la atención de Melodía.

Para ganar algunas monedas las dos nuevas amigas hicieron un par de trabajos de escolta de caravanas por las llanuras, en este tiempo Melodía pudo, no solo preguntar más por el escudo de Kaho, sino además intentar tocarlo. Cuando lo intentó, el escudo comenzó a infiltrarse en la mente de Melodía y a susurrarle órdenes de asesinato contra su amiga, no solo eso, su piel parecía endurecerse y cambiar un tono morado con marcas de color negro podrido que adornaban cómo lo hace las líneas negras del pelaje de un tigre. Por suerte, Kaho consiguió sacar del estado de posesión a Melodía de un golpe que la dejó inconsciente, al despertar, preguntó por lo sucedido y Kaho le habló sobre el escudo y su misión de por vida, ella era una Guardiana de Fab'Huritus, que había jurado proteger del poder del escudo a todo Mipsum, este escudo se conocía cómo Karshe – Trompeta del final de los tiempos.

Después de un tiempo viajando juntas, Kaho terminó por contarle todo a Melodía sobre la Orden de los Fab'Huritus , incluso la motivó a formar parte de la orden ya que les faltaba un buscador. De esta forma, Melodía terminó por aceptar el camino de un buscador y poder arreglar la estabilidad de los planos, de la misma forma que arregló esas máquinas viejas y así misma, era una misión noble y un objetivo para su vida que hasta ahora era solo un constante vagar.

Durante unos años viajó buscando estos Fab'Huritus con pistas que los lógicos le daban, muchas veces solo eran rumores, otras veces, información falsa o solo palabrería de algún idiota, pero a veces sí se descubrían Fab'Huritus que conseguía extraer con su equipo y sus capacidades mágicas. Forjó sus habilidades para esta misión y a sus 29 años consiguió ser una gran fuerza para tener en cuenta dentro de la orden.

Hace algún tiempo, seguía la pista de una espada que se dice es capaz de dar el conocimiento para forjar armas de una capacidad destructiva inimaginable, siguiendo los hilos de la información proporcionada por el lógico Kananan, se encontró con dos humanoides que parecían estar relacionados con la espada Filo Negro y también la estaban buscando. Estos eran Bastian y Eril, unos aventureros poderosos que hicieron buenas migas con Melodía ya que su misión estaba conectada.

Los tres viajaron a Averno con la ayuda de Armonía, donde les había dirigido la información, concretamente al Emporio Errante de Mahadi, donde conocerían a Hans y sus compañeros. Junto a Hans, Bastian y Eril, se infiltraría en una fortaleza demoniaca donde deberían derrotar al elegido de Yeenoghu para recuperar a Filo Negro. 

Tras completar la misión, Melodía llevó el cadáver de Armonía a la Orden para su resurrección, donde hablaría sobre la misión a Kananan y propondría a Bastian y Eril cómo guardianes. Tras aceptar ambos el cargo, Bastian guardó a Filo Negro y a Eril le fue confiado un Fab'Huritu. 

Aún en contacto con Bastian, Eril y Hans (a quién le propuso ser un eliminador, pero este se negó), Melodía continua su misión en la orden, pasando el tiempo que puede con Kaho y siempre pendiente de un rumor nuevo, curando el mundo a su manera.

El Destino de Melodía

Después de lo ocurrido en las Ruinas de las Moiras, Melodía se enfrentó a los Oscuros cuando estos atacaron la Orden de los Fab'Huritus, nadie sabe qué pasó con ella o donde se encuentra, si sigue viva, es un milagro más en su vida después de semejante pelea. Sea cual sea su destino, las visiones y corazones de quienes la conocen, saben que nunca dejó de sonreír, pasase lo que pasase ese día. 

Title
Buscadora de Fab'Huritus

Type
Personaje Jugador

Race
Humano

Gender
Mujer

Pronouns
Ella