Los Fab'Huritus son armas u objetos muy poderosos que pueden poner en riesgo la seguridad de todos los planos si caen en malas manos, estos objetos a veces son cómo el escudo de Kaho, armas sintientes que dotan de gran poder al portador y las cuales son habitadas por el alma de algo o alguien, pero requieren de una increíble voluntad y poder para no sucumbir a su dominio.
El trabajo de los guardianes es proteger con su vida estos Fab'Huritus una vez les son encargados por la Orden de los Fab'Huritus, una asociación secreta con su base situada en las Tierras Monstruosas, enterrada en un lago rodeada de maleza y ruinas de piedra, donde solo los miembros de la orden conocen las palabras mágicas que abren un pasadizo de eternas escaleras que descienden a lo que parece incluso otro plano de existencia, donde se encuentran los cuarteles de la orden.
La orden está formada por un total de unos 10 guardianes, unos 6 buscadores, unos 4 lógicos (magos que se encargan de enviar a buscadores a descubrir nuevos Fab'Huritus y permanecen dentro de los cuarteles de la orden guardando los que no tienen un guardián o no precisan de ellos) y unos 2 eliminadores (encargados de eliminar a los guardianes, buscadores o lógicos que sucumben al poder de un Fab'Huritu). La jerarquía de la orden no está del todo definida, si bien los guardianes solo se encargan de proteger y guardar las Fab'Huritu que les son encomendados, es cierto que deben confirmar con los lógicos el sucesor de su misión, el cuál deben buscar ellos mismos y presentar a la orden.
Los buscadores son los encargados de seguir las directrices de los lógicos en busca de los Fab'Huritu, muchas veces también son los que reclutan a nuevos guardianes y por lo tanto los que los ponen a prueba en misiones de alto riesgo. Los lógicos son los que dirigen las operaciones y por lo tanto podría decirse que son los que están al mando. Los eliminadores existen única y exclusivamente para que nada se salga de control, extremadamente poderosos, pasan pocas veces por los cuarteles de la orden para no generar sentimientos hacia ningún compañero por si ocurriese lo peor, pero cuando una asamblea se convoca para reclutar a nuevos guardianes, buscadores o incluso lógicos y eliminadores (cosa que pasa con muy poca frecuencia), todos se juntan para dar un veredicto en democracia, debe existir una mayoría de voto para ingresar en la orden.