El linaje de Falk se atrasa hasta los seguidores de Klav Ikaia el señor vampírico y Alto Jinete al que Naja Bellandi, antigua Alta Vigilante de Elturel, destruyó al firmar el contrato con Azor y traer al Compañero. Los antepasados de Falk se escondieron bajo Elturel y mezclaron su sangre con la de mortales, mientras sus números disminuían rápidamente. Falk es uno de los pocos restantes de su linaje y Gideon tomó interés en él, gracias a sus dones con la sangre. Lo cuidó en Elturel y trajo a Baldur para su trasformación a hematurgo, tras la cual Falk ha obtenido un mayor control sobre la hemomancia, ayudando a los neófitos a pasar por la perdición del cazador con el mínimo de dolor.
Tras la traición de Ikaia, Falk perdió confianza en si mismo y en aquellos que portaban su maldición. A los ojos de los demás, los suyos habían actuado egoístamente y volvían a dejar por los suelos su reputación. Algo perdido pero no del todo, emprendió una misión propia en la que hacerse responsable de aquellos engendros abandonados, prometiéndoles un futuro.