Estos dragones son los más astutos y taimados de todos los dragones verdaderos, de modo que utilizan la distracción y el engaño para tener ventaja sobre sus enemigos. Poseen un temperamento terrible, son completamente malvados y gozan especialmente cuando pervierten y corrompen a criaturas bondadosas. Viven en los bosques antiguos, donde demuestran una agresividad que muchas veces tiene poco que ver con la conquista y mucho más con ganar poder y riquezas con el menor esfuerzo posible.
Se reconoce a estos dragones por su mandíbula curvilínea y la cresta que nace cerca de sus ojos y se extiende por su columna vertebral, desplegándose al máximo justo detrás de su cráneo. No poseen orejas, pero a cambio tienen unas placas coriáceas puntiagudas que recorren los laterales de su cuello. Las crías de dragón verde poseen unas escamas de un verde tan oscuro que parece casi negro. A medida que envejecen, crecen en tamaño y se vuelven más ligeras, con un color más boscoso, esmeralda u olivado que les ayuda a camuflarse en su entorno boscoso. Sus alas tienen lunares oscuros en su nacimiento y más claros al final de la membrana.
Las piernas de estos dragones son más largas en relación a su tamaño que las de cualquier otro dragón, lo que les permite caminar fácilmente sobre maleza y restos forestales mientras se desplazan. Con su largo cuello, los dragones más ancianos pueden ver sobre las copas de los árboles sin tener que erguirse.
Cazadores caprichosos
Los dragones verdes cazan cuando patrullan su territorio tanto desde el aire como desde el suelo. Se comen cualquier criatura que vean y, si están muy hambrientos, arbustos y pequeños árboles. Sin embargo, su comida favorita son los elfos.
Estos seres son mentirosos consumados y maestros de la ambigüedad. Prefieren intimidar a las criaturas menores, pero tratarán de manipular más sutilmente a otros dragones. Atacan a animales y monstruos que no los hayan provocado antes, especialmente si presentan una amenaza potencial para su territorio. Cuando lidian con criaturas inteligentes, muestran un ansia de poder capaz de competir con su dracónico deseo de amasar riquezas. Además, siempre andan en busca de criaturas que les ayuden a cumplir sus objetivos.
Acechan a sus víctimas mientras planean su ataque, en ocasiones siguiéndolas durante días. Si su presa es débil, disfrutan viendo cómo su presencia la aterroriza antes de atacar. Nunca acaban con todos sus enemigos, ya que prefieren intimidar a los supervivientes para controlarlos. De esta manera, averiguan lo máximo posible acerca de las actividades que se están llevando a cabo cerca de sus dominios y de los tesoros que se encuentran cerca. En ocasiones liberan prisioneros por los que se haya pagado un rescate. De no ser así, la criatura ha de mostrarse útil para los dragones a diario o morir.
Manipuladores y conspiradores
Los dragones verdes son arteros y sutiles, por lo que consiguen someter a otras criaturas midiéndolas y jugando con sus deseos más profundos. Cualquier ser tan incauto como para pretender someter a un dragón verde se dará cuenta en algún momento de que este está fingiendo servirle mientras evalúa a su supuesto amo.
Cuando manipulan a otras criaturas, estos dragones son zalameros, sutiles y sofisticados. Entre ellos son ruidosos, groseros y maleducados, especialmente si se trata de dragones verdes de la misma edad y rango social.
Conflicto y corrupción
En ocasiones ocurre que los dragones verdes se enfrentan a otros dragones cuando el bosque que habitan se adentra en algún territorio previamente ocupado. En esas circunstancias, normalmente un dragón verde fingirá retirarse mientras espera y observa, incluso durante décadas, hasta que ve la oportunidad de acabar con el otro dragón, tras lo cual reclama su guarida y su tesoro.
Los dragones verdes aceptan a criaturas inteligentes, como trasgos, ettercaps, ettins, kobolds, orcos y yuan-tis, como criados. También disfrutan corrompiendo y sometiendo a su voluntad a los elfos. A veces atormentan las mentes de sus sirvientes con un miedo capaz de volverles locos, y hacen que la niebla que se extiende por su bosque refleje sus tortuosas pesadillas.
Tesoros vivientes
El tesoro preferido de un dragón verde es una criatura inteligente a la que someter, incluyendo figuras de renombre como héroes populares, eruditos famosos y bardos aclamados. Con respecto a tesoros materiales, los dragones verdes aman las gemas verdes, en especial la malaquita, las obras talladas en madera, los instrumentos musicales y las esculturas de humanoides.