Jander Estrellasol era un alto elfo, que llegó a recibir el título de caballero de los reinos. Su vida de heroicidad llegó a un final prematuro cuando fue capturado por un Señor Vampiro y transformado en su engendro. Jander consiguió, tras siglos de servidumbre, matar a su amo y liberarse de su influencia. En su huida conoció a Haruman, el Niño Caudillo, convirtiéndose en su caballero-portaestandarte.

Sin embargo, en un momento crítico, cuando el ejército de Haruman atravesó el portal de Yeenoghu a Averno y se vio enfrentado tanto al ejercito Infernal como al Abisal, Jander lideró una retirada a través del portal de vuelta a Mipsum. Este acto, aunque preservó su vida y la de los desertores, marcó a Jander el resto de sus días. Estos prófugos, se autoproclamaron los Jinetes Infernales, y Jander se convirtió en el primer Alto Jinete de Elturel. Cambió la heráldica de los Jinetes, de los soles gemelos de la Cruzada Azorista a un caballo rampante en llamas.

Años después, asqueado por su traición a Azor y Haruman, huyó a Aguas Profundas, donde se alejó cada vez más de la sociedad humana y acabó convirtiéndose en un ermitaño que vivía en una cueva a las afueras de la ciudad. Tras haber perdido todo y no encontrar consuelo, se intentó quitar la vida subiendo a un alto acantilado, rezando a Pélor y esperando a que saliera el sol. Pero no encontró gracia ni perdón de Pélor. Tras su suicidio, su alma fue llevada a Averno. Convertido en la forma vampírica que detestaba en vida, Jander fue llevado a la Colina de Haruman y crucificado como castigo eterno por su traición a la, ahora, Archiduquesa.

Fue liberado de su tormento por La Égida. Aunque nadie sabe donde fue a descansar su alma.


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